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martes, 12 de octubre de 2010

JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA - EL TELÉGRAFO: MATERIAL Y DIRECTORES, PRIMEROS TELEGRAFISTAS CRIOLLOS, RECONSTRUCCIÓN DESPUÉS DE LA GUERRA / Fuente: CARLOS ANTONIO LÓPEZ. OBRERO MÁXIMO.


EL TELÉGRAFO
PRESIDENCIA DE CARLOS ANTONIO LÓPEZ


TELÉGRAFO
1. MATERIAL Y DIRECTORES: ROBERTO VON FISHER TREUENFELDT Y HANS FISH.
La línea telegráfica al sur es otra de las obras de utilidad pública realizadas por la administración anterior a la guerra, y su necesidad era tanto más apremiante si se considera la importancia de los establecimientos militares del sur, que constituían la llave de la defensa.
Si bien las comunicaciones fluviales estaban servidas por un gran número de embarcaciones, nacionales y extranjeras, ello no bastaba para asegurar en caso ofrecido una comunicación rápida que pudiera poner al abrigo de sorpresas.
Las novedades de importancia eran comunicadas por chasques rápidos desde Humaitá, los que llegaban generalmente antes que los vapores, pero esto no impidió que en un caso de gran resonancia como la venida del presidente de la Confederación Argentina, general Urquiza, como mediador en enero de 1859, quien se embarcó para ésta precipitando su viaje y sin aviso previo especial, en el vapor paraguayo de la carrera “Salto de Guairá”, y llegó de improviso al entrar la noche del 19 del mencionado mes, tomase enteramente desprevenido al presidente paraguayo don Carlos Antonio a causa
de que el emisario despachado de Humaitá con la noticia había sufrido un accidente en el camino, debido seguramente a la rapidez que puso para llegar pronto.
No obstante, transcurrieron todavía cinco años desde entonces hasta que arribó a bordo del “Ygurey” que entró el 23 de mayo de 1864, el ingeniero contratado en Europa para dirigir los trabajos de construcción del telégrafo nacional al sur, Roberto von Fisher Treuenfeldt de larga y honrosa actuación al servicio del país, aún después de la guerra hasta casi nuestros días, como cónsul general del Paraguay ad-honorem en Dresde y autor de libros y artículos de excelente propaganda.
Sus publicaciones aparecidas en Berlín, Bruselas y Asunción, en alemán, francés y español sobre el Paraguay, versan sobre sus condiciones económicas, colonización y las colonias Nueva Germania y Hohennau, yerba mate, el salto del Guairá, las antiguas misiones jesuíticas, la guerra del 70, el litigio con Bolivia, descripciones con mapas e ilustraciones, etc.,
En el curso de los años 1900 a 1902 en que el autor de estos apuntes desempeñó la subsecretaría de Colonización en el Ministerio de Relaciones Exteriores, tuvo ocasión de apreciar la vasta labor de aquél, cuyas memorias figuran en las de dicho Departamento de esa época.
A mediados del mes siguiente de su llegada (junio 11 de 1864), después de haberse efectuado los pasos preliminares respectivos, el gobierno le dirigió nota a fin de comenzar los estudios sobre el terreno para la construcción de la línea telegráfica a Humaitá debiendo al efecto efectuar un reconocimiento personal del trayecto por tierra, como también encargarse de la enseñanza de la telegrafía a algunos jóvenes paraguayos que fueron luego los primeros telegrafistas nacionales.
El ingeniero auxiliar, Hans Fish, también alemán, encargado especialmente de la colocación de los hilos llegó a ésta poco después el 23 de julio de aquel año, por el mismo vapor “Ygurey” si bien su nombre aparece equivocadamente mencionado como Antonio Fisher en el parte de pasajeros de la capitanía, (tal como el anterior lo anotaron con el nombre de Ricardo en la lista), y como Hans Fisher en el suelto en que “El Semanario” anunció su llegada (Nº 536, correspondiente al 30 del mismo mes). Su haber, corrido desde el día 22 de su entrada al país, era de 150 pesos mensuales pagado en la misma forma general de los demás técnicos extranjeros ya mencionados, esto es, mitad en metálico y mitad en billetes.
Desgraciadamente, sus buenos servicios no le impidieron ser víctima de la tragedia de San Fernando, según puede verse en la lista tomada de las memorias de don José Falcón.
Las siguientes noticias dan razón de los materiales y trabajos de construcción. En oficio del 6 de junio de aquel año (1864) al agente en Buenos Aires don Félix Egusquiza, se le hace referencia de su informe de haber arribado a Buenos Aires 250 toneladas de útiles para la línea telegráfica. En la misma comunicación se confirma la llegada por el “Ygurey” de “los ingenieros” que deben ocuparse de la colocación de la línea, si bien la venida del segundo mencionado fue posterior a esta comunicación según queda dicho. Y lo confirma otro oficio del 6 de agosto a su respecto.
Otra comunicación del mes siguiente (julio 6) al mismo destinatario le hace saber que empezaban a llegar a ésta los buques despachados por dicho agente con los mencionados útiles. En la misma nota se le decía que la colocación de los postes estaba ya adelantada y que alcanzaba hasta siete leguas de la capital.
En el Nº 531 de “El Semanario”, correspondiente al 25 de junio del mismo año, se lee la siguiente noticia: “Para el telégrafo eléctrico - Han llegado por la goleta “África” sesenta cajones con 300 rollos de alambre para el telégrafo a plantearse en la república..
En otra información publicada en el Nº 544, correspondiente al 24 de septiembre se dice que proseguía desde semanas atrás la colocación de postes por Pinosá, al sur.
En nuevo oficio del 6 de octubre a Egusquiza, entre otras cosas se le decía: “Los rieles están llegando a Paraguarí, y a mediados de este mes se inaugurará la línea telegráfica desde esta capital a la Villeta”
En efecto, esta solemnidad tuvo lugar el 16 de octubre de aquel año, según se verá a renglón seguido.
Una comunicación del 16 de noviembre siguiente, a los señores Blyth, en que se consigna la distancia de Humaitá al “Cerrito”, contiene un pedido adicional de materiales de telégrafo para la prolongación de la línea y menciona estar en construcción la estación de “Mercedes”, (abajo de Villeta).
Otro oficio del 31 de diciembre de dicho año a los ingenieros de Londres urgía el envío de los materiales pedidos para la línea telegráfica.
En 19 de enero de 1865 se pidió informe al director de la obra señor Treuenfeldt sobre los trabajos de la colocación de postes, y en 21 de marzo siguiente se le dirigió un nuevo oficio sobre la prolongación de la línea de Humaitá al Cerrito y la colocación de un cable sub-fluvial en dicho o lugar.
***
Respecto a la inauguración del servicio telegráfico dan cuenta las noticias siguientes:
Con el mismo acápite de Telégrafo eléctrico, se lee en fecha 8 de octubre de 1864, esta información: “Creemos que dentro de poco tiempo se empezará a poner en ejercicio este sistema de comunicación hasta la primera estación.
Los alambres (hilos) hasta este punto se siguen colocando. La oficina central se halla establecida en una de las secciones del antiguo palacio de gobierno.
¿Pasarán dos o tres semanas para ver su inauguración? Creemos que no.” (Periódico citado Nº 546).
Con el título de Inauguración de la oficina telegráfica, puede verse en el Nº 547, (Suplemento) un extenso y entusiástico artículo a dos columnas, en el que se lee que el domingo 16 de octubre, después de tres meses de haberse introducido los primeros materiales, “se efectuó el primer y feliz ensayo hasta la importante población de Villeta”.
Con este motivo, después de encarecer la importancia de las comunicaciones telegráficas, y el proyecto de su prolongación hasta el Paraná, se dice en dicha crónica. “Luego la línea telegráfica hasta el Cerrito puede unirse a los alambres que la República Argentina, en su empeño de adoptar las ventajas que la civilización ofrece, quiere establecer sobre el litoral del Paraná, y tan pronto como se plantee sobre las riberas del Plata, dirigirse al Brasil, a Chile, Perú, Bolivia y Centro América.
“Nada hay que sea exagerado y que no pueda realizarse, y si se ha pensado rodear al mundo por una línea telegráfica, si se piensa escalar los Andes por un ferro-carril que una el Atlántico al Pacífico, fuera muy posible llevar a efecto un proyecto, poniendo en contacto instantáneo a estos pueblos por medio del elemento eléctrico.
“...Acaso entonces, (agrega el articulista) podremos entendernos, y aunado el pensamiento político de los gobiernos, interrumpidos y divergentes más que nada por la distancia y la limitación de las relaciones, crear una confederación de naciones fuertes, que deba atender sus peligros y sus necesidades mutuas”.
Ilusionado con tan amplio miraje de futuro el articulista prosigue en estos términos: “Acaso quiera tachársenos de visionarios por las ideas que nos han asaltado en las actuales peligrosas circunstancias.. (El rompimiento con el Brasil ya se había producido entonces).
Termina el artículo con estas palabras: “Agradecemos y felicitamos igualmente a los señores Roberto von Fisher Treuenfeld y Hans Fisher por su trabajo activo y diligente en la colocación de los alambres telegráficos, y por el feliz ensayo de la primera línea que dirigen. El señor Hans Fischer (Fish, dicen otros documentos), ha dirigido por telegrama en la mañana del domingo una felicitación al Exmo. Señor Presidente, cuya comunicación y la respuesta dada por el Ministerio de Gobierno, publicamos en la sección oficial como la primera comunicación trasmitida por el elemento telegráfico en la república..
Este primer despacho fue trasmitido de Villeta a las 7 y 15 de la mañana, habiéndolo contestado don Francisco Sánchez a nombre del gobierno.
***
Debe recordarse para terminar esta mención de los directores, los servicios que también prestó Fisher Treuenfeldt en la fabricación de papel y de hilos de cáñamo, de que ya se ha hecho mención al tratar de las industrias nacionales, y que le valieron expresivas felicitaciones (Véanse los Nºs. 621 y 623 de la publicación citada, correspondiente al 17 y 31 de marzo de 1866).
Al hablar de los oficiales del telégrafo en el artículo siguiente habrá ocasión de seguir mencionando la meritoria actuación del director del telégrafo nacional. Y para terminar estos apuntes varios a su respecto, debe agregarse que entre los objetos que quedaron depositados en la legación norteamericana al retiro de Mr. Washburn, figuraba un saco de propiedad del señor Fisher Treuenfeldt con 287 patacones y otros dos más sin especificación especial. (Nota del 5 de Septiembre de 1868).

2. PRIMEROS TELEGRAFISTAS CRIOLLOS: JUAN J. ALVARENGA, PASCASIO BENÍTEZ, JOSÉ GREGORIO DEL VALLE, JUAN FRANCO, JUAN MANUEL PALACIOS, SATURIO RÍOS, JOSÉ MARÍA ROJAS, INSPECTOR VILLAMAYOR. (SE MENCIONA TAMBIÉN A LOTARIO U OCTAVIO FULGRAFF Y OTROS).
Relatada la actuación de los ingenieros directores de la construcción de la primera línea telegráfica de Asunción al Cerrito, Roberto von Fisher Treuenfeldt y Hans Fish, en el año 1864, resta hacer lo propio con algunos, cuando menos, de los primeros telegrafistas paraguayos que actuaron a raíz de la inauguración del servicio telegráfico, lo que tuvo lugar el 16 de octubre de dicho año, según quedó dicho.
De paso puede anotarse que la primera línea telegráfica que puso en comunicación la ciudad de Rosario con Buenos Aires, en la Argentina fue solemnemente librada al servicio casi un lustro después, el 5 de mayo de 1869.
Terminado el trecho a Villeta, se prosiguió de inmediato su prolongación al sur. Un oficio del 19 de diciembre del mismo año 1864 al director contenía disposiciones relativas a la construcción de la estación de Villa Oliva y en otro del 26 del mismo mes se hacía mención de la próxima comunicación con dicho punto y la prosecución de los trabajos a Villa Franca.
En el curso de ellos, por cuadrillas a cargo de militares, como en el ferrocarril, no faltaron algunas incidencias. Así, a raíz de las quejas del director y las medidas tomadas por éste contra el sargento Cáceres (no consta el nombre), el ministerio le pasó nota, en 11 de enero de 1865 pidiéndole informes sobre el motivo de haber despedido con maltratos a dicho militar, y en otro oficio del 19 del mismo mes, se ordenaba a Treuenfeldt la reposición del mencionado sargento.
De la actuación de los primeros telegrafistas paraguayos dan razón las siguientes noticias:
ALVARENGA, JUAN J.. En septiembre de 1866 aparece en la oficina de Villeta.
BENÍTEZ, PASCASIO.- Con sueldo de 16 pesos mensuales (en billetes) figura un año antes (septiembre de 1865) en la capital y desde marzo de 1866 en Mercedes de donde pasó al lugar denominado “Brítez” a mediados de dicho año.
DEL VALLE, JOSÉ GREGORIO.- A más de serle aplicable lo que se dice del siguiente, debe mencionarse que en 2 de abril de 1865 se le dio una gratificación especial de 50 pesos (mitad en metálico).
FRANCO, JUAN.- Este inteligente operador mereció una felicitación especial, como se verá más adelante.
Un telegrama del director von Fisher Treuenfeld del 18 de noviembre de 1864 contenía quejas respecto de la actuación de los oficiales del telégrafo
JARA, LÓPEZ Y SOSA (No indica los nombres).
PALACIOS, JUAN MANUEL.- Actuó en la capital desde mediados del año 1865 con el sueldo de los de su clase ($ 16) pasando en septiembre de 1866 a Brítez con la misma asignación, habiendo prestado también servicios en Fernández y Paso de Patria.
SATURIO RÍOS-. Refiere Centurión en sus Memorias (t. II) que ante la insuficiencia de los aparatos sistema Morse, el hábil artista paraguayo inventó un sencillo aparato de transmisión que se trabajó bajo la dirección del maestro
CABAÑAS (RAMÓN J.).- en su maestranza y armería de campaña.
ROJAS, JOSÉ MARÍA.- Con sueldo de 14 pesos figura desde agosto de 1865 en la capital (a veces sólo 12) y desde mayo siguiente en Villeta, con 16 pesos.
EL INSPECTOR VILLAMAYOR.- En comunicación del 7 de febrero al director del telégrafo, se aceptó su propuesta de nombramiento de Villamayor (tampoco da el nombre) como inspector de la línea y de las estaciones telegráficas.
El servicio de la central estaba a cargo de tres empleados, según se deduce del hecho de que en 31 de octubre de 1865 se hubiese pagado $ 44 a los oficiales de la misma (lo que correspondería a dos de 16 y uno de 12).
Un nuevo y extenso artículo alusivo a la línea telegráfica se publicó en El Semanario (Nº 665, correspondiente al 19 de enero de 1867) bajo el rubro “Máquina de telégrafos”, en que se lee, entre otras noticias, las siguientes: “El gobierno ha adoptado el sistema Morse (en uso todavía) y está trabajando por el aumento de la extensión de las líneas telegráficas.
“Congratulamos a nuestros inteligentes operarios que tomaron parte en este importantísimo trabajo y dirigimos nuestras felicitaciones particularmente a los señores don José del Valle y don Juan Franco por la perfección en los trabajos más finos, delicados y exactos. Congratulamos igualmente al relojero Señor Don Potario Fulgraff por los servicios que nos ha prestado en su profesión.
“Estamos instruidos que en estos mismos días saldrán nuevamente las máquinas ya concluidas para tomar su destino, y que además de éstas hay diez máquinas más que están en trabajo, como también otros materiales y utensilios para, la construcción de nuevas líneas. Ya no dista el día en que todos las poblaciones estén unidas con la capital (si bien no ha llegado aún).
“Felicitamos especialmente, (prosigue el artículo) al señor Treuenfeld por la gran actividad en estos trabajos y el particular esmero que ha puesto en la enseñanza de los nuevos mecánicos paraguayos que están ya muy adelantados en la ejecución de esta clase de obras de tanta delicadeza y perfección”.
El Fulgraff a que se refiere la antecedente información debe ser Octavio y no Potario, pues así aparece en otra mención de contribuyentes extranjeros para socorro de los heridos del año 1866 en el Nº 618 del órgano mencionado.
Ya en 23 de febrero del año anterior le fueron pagados 114 pesos (en billetes) “por compostura de las máquinas del telégrafo”.
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ROBERTO VON FISHER THEUENFELDT
PRIMER DIRECTOR DEL TELÉGRAFO

Como la línea telegráfica, era totalmente destruida a medida que se retiraba el ejército, volvió a quedar incomunicada la Asunción con el sur, después de la guerra, no obstante una tentativa de reconstrucción hecha a la terminación de la campaña, hasta el año 1884.
Demás está decir que el servicio telegráfico para la prensa siguió siendo por mucho tiempo todavía cosa de otro mundo para nosotros, a tal punto que “La Democracia” lo hacía en forma de extractos de la información mundial que preparaba su laborioso director don Ignacio Ibarra, tomándolos del canje (como hasta ahora, se hace con frecuencia, no obstante el adelanto de nuestros días) bajo el subtítulo infaltable: .Valija del vapor tal...., y como ya se hacía también en .El Semanario. antes de la guerra.
Al mismo periódico .La Democracia. y a su nombrado fundador corresponde el honor insigne de haber inaugurado en marzo de 1895 el servicio telegráfico para la prensa en nuestro país, tan deficiente todavía.
NOTA: - El primer ensayo del sistema de Samuel Finley Breese Morse, pintor americano, que aplicó con éxito el principio del físico danés Olted sobre la acción de la pila de Volta en la aguja imantada, y las investigaciones de Arago, fue efectuado el 19 de octubre de 1832 en un viaje de Europa a los Estados Unidos, a bordo del “Sully”, comandado por el capitán William Penn.



SATURIO RÍOS – TELÉGRAFO


3. APUNTES COMPLEMENTARIOS. (RECONSTRUCCIÓN DESPUÉS DE LA GUERRA Y PRIMER DIRECTOR PARAGUAYO MANUEL ÁVILA).
Terminan los apuntes sobre la obra del telégrafo nacional al sur, con las siguientes noticias ampliatorias relativas a la reconstrucción de la línea a Paso de Patria que quedó destruida cuando la guerra, al poco tiempo de haberse hecho.
Es de advertir que además de la línea principal en referencia, existía entonces en territorio occidental la que había construido posteriormente el ejército aliado desde las Palmas hasta frente a San Antonio, en el trayecto recorrido por el marqués de Caxias.
Aprovechando los postes que quedaron en pie, pues sólo fue retirado el alambre, se trató de reconstruir la línea destruida, y al efecto se hizo un arreglo con el gobierno provisorio, a fines de 1869, antes aún de la completa terminación de la campaña.
De esta iniciativa da razón una noticia aparecida en .La Regeneración. (Nº 27, correspondiente al 10 de diciembre de dicho año), en que comentando el regreso a Buenos Aires del canciller argentino que había ido a Asunción con motivo de los tratos preliminares de paz, y bajo el rubro “Vuelta del Ministro Varela”, se lee, como parte final de la información correlativa, que el representante argentino había arreglado también con el gobierno provisorio del Paraguay la continuación de la línea telegráfica de Corrientes a Asunción, para lo cual el gobierno argentino debía costear el ingeniero director de los trabajos y el de aquí pondría los útiles y materiales necesarios, como también los obreros de su cuenta.
Este arreglo no pudo llevarse a ejecución por la falta de recursos del gobierno provisorio y las graves cuestiones internas en que el mismo se vio envuelto, lo mismo que los primeros gobiernos constitucionales que le sucedieron. Hubiera sido relativamente fácil a éstos llevarlo a cabo desde que todavía quedaban entonces los postes de los que aún en el día se ven algunos ejemplares.
No obstante, trascurrieron catorce años más para la reanudación de las comunicaciones telegráficas con el sur y su empalme con la línea argentina.
***
Esta importante obra se llevó a cabo bajo la administración de don MANUEL ÁVILA y fue en su tiempo todo un gran suceso.
La reanudación del servicio telegráfico de la capital a Villeta tuvo lugar el 10 de diciembre de 1883, época en que empezó a figurar como jefe de la oficina central don Pedro Saldivar, con sueldo de $ 60 mensuales teniendo como segundo a Anastacio Arce ($ 40) y como auxiliar a Celestino Ávila ($ 35), y en la oficina de Villeta Roque Ortiz como jefe ($ 50) y Constantino Corvalán como guarda hilo ($ 25).
Recién desde abril de 1884 se completó el personal en toda la línea sur reconstruida, actuando en Oliva Lino Ortiz, en Franca Constantino Almirón y como auxiliar Martín Morínigo, (después inspector de telégrafos) en Pilar José M. Rojas como administrador de correos y telégrafos y Olegario Riveros como auxiliar, en Humaitá Hipólito Velilla como administrador y Benito Sánchez como auxiliar y en Paso de Patria Miguel Ortiz como jefe.
El día 18 del mismo mes (abril de 1884) se efectuó el empalme con la línea argentina dirigiéndose con este motivo diversos telegramas de congratulación, como ser: el del presidente de la república general Bernardino Caballero a sus colegas de la Argentina y del Uruguay, generales Roca y Santos, del ministro de relaciones don José S. Decoud al de la Argentina doctor Francisco J. Ortiz y al gobernador de la provincia de Buenos Aires doctor Dardo Rocha, y el del director de correos y telégrafos señor Ávila a su colega de la Argentina doctor Olegario Ojeda.
El servicio telegráfico para la prensa fue iniciado e inaugurado como ya se ha dicho once años después por el director de .La Democracia. don Ignacio Ibarra, quien a este efecto se trasladó a la capital argentina el 20 de febrero de 1895 en el vapor de la carrera “Olimpo”, quedando encargado de la dirección y administración del periódico durante su ausencia don Manuel Ávila.
El primer despacho de prensa lo recibió en carácter como de ensayo, y se publicó en fecha del 28 de febrero. Al día siguiente, 1º de marzo (1895), asegurada ya dicha comunicación, se publicó el suelto informativo siguiente en la mencionada hoja.
“Nuestro servicio telegráfico
“Desde ayer contamos con un corresponsal telegráfico en Buenos Aires. Hoy insertamos el segundo de los despachos remitidos desde aquella capital.
“El establecimiento de este importante servicio ha sido uno de los objetos que decidieron el viaje del director de La Democracia para la capital argentina.
“Nuestros lectores, pues, podrán en adelante hallarse al cabo, diariamente, de los acontecimientos notables que se operan en todas las naciones del antiguo y nuevo mundo”.
“Este primer corresponsal telegráfico para el Paraguay fue el señor Miguel Daufi, del personal de “La Prensa” de Buenos Aires”.
Aunque lacónica la información, se diría también telegráfica, bien podía compararse la emoción con que se redactaría esta importante noticia a la del articulista de “El Semanario” que escribiera la de la inauguración del servicio telegráfico nacional, unos treinta años antes.
Así, pues, don Manuel Ávila fue, como primer director de telégrafos después de la guerra, el continuador de Fisher Treuenfeldt. El de correos fue Francisco Javier Acuña. El servicio se reducía entonces a unos pocos chasques. Acuña actuó en los años 1864 y 1865 con sueldo de 100 pesos, reemplazándolo Tomás Alfaro que figura desde el 20 de octubre de este año y el siguiente, con sueldo de 35 pesos.



Fuente:
LABOR ADMINISTRATIVAY CONSTRUCTIVA.
Edición digital a cargo de BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY
sobre la base de la edición 1948 de EDITORIAL GUARANIA
ASUNCIÓN-PARAGUAY.

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