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domingo, 26 de julio de 2009

MARÍA C. LEYEZ DE CHAVES

OBRA: "MADAME LYNCH Y FRANCISCO SOLANO LÓPEZ"
por MARÍA CONCEPCIÓN LEYEZ DE CHAVES
Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay, Noviembre, 2008
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Podrá obtener mayores datos sobre la autora y sus obras en:
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ÍNDICE:
EL INFORTUNIO DE UNA NOVELA INFORTUNADA (Por Roque Vallejos);
UN ENCUENTRO EN PARÍS …
** Una tarde otoñal, entre las tres y las cuatro, a la hora en que el sol parisiense es más dulce y tibio, un carruaje blasonado corría por el bulevar Pereire, a un lado de la plaza Wagram. Se detuvo frente a un edificio de tres pisos, que tenía la portería entristecida por la injuria de los hombres y de los tiempos. El príncipe Gastón de Orleans, conde D’Eu, bajó del coche seguido de un lacayo. El príncipe ya no era joven, pero tenía el perfil delicado y el cutis fino. Con agilidad y elegancia sorteó el roce de los transeúntes y se acercó a la puerta número 53. La campanilla, agitada por el lacayo, danzó a lo lejos. Acudió la portera, regordeta, con un pañuelo de vivos colores cruzado sobre el pecho.
** -El pintor Vaugirard vive en el tercer piso, primera puerta a la derecha- informó el lacayo que había inquirido la dirección del pintor. La indicación le valió una moneda que se guardó en el bolsillo del delantal. …
· EVASIÓN POR EL MATRIMONIO;
· EL AMOR;
· RETORNO A EUROPA;
· HACIA LA INCERTIDUMBRE;
· EL PARAGUAY DE DON CARLOS;
· VÍSPERAS DEL INCENDIO;
· RAYOS Y SOMBRAS;
· DE ITAPIRÚ A CERRO CORÁ;
· EN LA INCOMPRENSIÓN Y EN EL RECUERDO;
· ÚLTIMOS DÍAS.-
BIBLIOGRAFÍA.-

martes, 21 de julio de 2009

ARTURO BRAY

OBRA: "SOLANO LÓPEZ - SOLDADO DE LA GLORIA Y DEL INFORTUNIO"
Por el coronel ARTURO BRAY
Carlos Schaumen Editor
Asunción-Paraguay 1984 (402 páginas)
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PREFACIO
** Tarea difícil -y a ratos ingrata- ha sido la de escribir este libro. La dimensión histórica de su figura central es de aquellas que por su compleja magnitud imponen hacerse de bastante osadía y resolución para emprender, con razonables probabilidades de éxito, una labor de aspectos tan múltiples como delicados. Nuestro personaje no es de aquellos que inspiran arrobadora simpatía ni fué su vida un espejo de evangélicas virtudes. Y el estudio de la personalidad del mariscal Francisco Solano López -centro y blanco de tantas y tan encendidas controversias- exige rendir tributo de acatamiento a la verdad, tal como a ésta hemos sido llevados por nuestros escasos conocimientos, renunciando a prejuicios y ofuscaciones que, si halagar pudieron un instante el sentimentalismo pasajero de unos y de otros, obstáculos han sido también para hallar un haz de luz entre las brumas de pasiones y contradicciones, de dudas y obscuridades.
** Nuestra modesta labor de investigación, con miras a desentrañar ciertos episodios capitales de aquella época, se ha visto fatalmente restringida por variadas circunstancias. En primer término, la documentación accesible, con ser ella bastante profusa, no es suficiente para llegar a formarse un juicio definitivo acerca de la vigorosa personalidad histórica de Solano López, sobre cuya actuación como hombre de gobierno y jefe de nuestros ejércitos, no hemos logrado aún los propios paraguayos ponernos de entero acuerdo, ni es fácil que a ello lleguemos en breve. Perdidos los papeles privados del Mariscal en el desastre de Lomas Valentinas, despojado nuestro Archivo Nacional de documentos preciosos, unos llevados por el vencedor y otros substraídos por investigadores sin escrúpulos, ocultas por manos interesadas muchas y muy valiosas fuentes de información, algunas de las cuales se guardan en cofres de inalcanzable seguridad, y relegados a la tenencia de particulares ciertos archivos privados de incalculable interés, la tarea del investigador consciente se ve de esa suerte detenida por límites imposibles de franquear. Un estudio sobre Solano López que presumiera de esfuerzo acabado y superior, impondría largos y pacientes rastreos por Asunción, Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro, Washington y aún Londres, París, Madrid, Corrientes y Paraná, porque en todos esos sitios pueden hallarse huellas -hondas o leves- del paso del mariscal paraguayo. Para decirlo de una vez, una tarea de semejantes proporciones exigiría la dedicación de toda una vida y la concurrencia de oportunidades no fáciles de reunir y conciliar. A estos factores contrarios, y de suyo poderosos, agréganse otros, derivados éstos de la imposibilidad material en que se halla el autor de revisar el rico, aunque mutilado, Archivo Nacional de Asunción y la valiosísirna "Biblioteca Godoy", de la misma capital. Vaya haciendo, pues, el lector buen acopio de indulgencia, al tener presente las referidas y adversas circunstancias, para aplicarla luego en sufragio y descargo de la insuficiencia de este trabajo.
** La historia ha de ser relación de la verdad y no instrumento para halagar el patriotismo, sentimiento éste que, por otro lado, no necesita de tales recursos para vivir y sobrevivir en pueblos que por sostenerlo se han desangrado más de una vez en el curso de su historia. Querer a nuestros héroes y próceres limpios de toda mancha, sin una mácula sobre su escudo ni un solo pecado en su vida pública y privada, es necedad impertinente que a nada bueno conduce y mucho mal puede ocasionar, por cuanto contribuye a la formación de espejismos, que a más de enturbiar la visión y desviar los espíritus, sientan plaza de males difíciles de extirpar. No se sirve a la causa nacional desfigurando deliberadamente la verdad y en las propias imperfecciones de nuestros mayores -que no obscurecen sino que, por efectos de contraste, sirven para dar mayor realce a sus méritos- es posible encontrar motivos de saludables y reparadoras reflexiones. Ir contra ese principio de expresar la verdad con limpieza de propósito y honradez de ejecución, significa engañar a los demás pa -a terminar engañándose a sí propio y hacer con ello un mal inmenso -a veces irreparable- a la conciencia histórica nacional, porque la verdad acaba siempre por abrirse paso, y más doloroso y cruento resulta rectificar conceptos ya arraigados y aceptados como artículos de fe, por gratos a nuestros sentimientos personales, que admitir de buenas a primeras aquello que, a la luz de una evidencia sin afeites, constituye lo cierto o más se acerca a ello.
** Y si las opiniones escritas en estas páginas provocaran polémicas, bienvenidas sean éstas, si son del género constructivo y con honestos propósitos, porque de la discusión serena y documentada brota la luz, y sólo a las mentalidades pedantes puede ocurrírseles, en materia de historia, afirmar o negar con el aplomo rotundo de una sentencia definitiva. Quienes no se retractan jamás -ha dicho alguien- es que aman menos a la verdad que así propios. Y callar la verdad -agrega Thiers-equivale a ocultar el mal; sin por eso suprimirlo.
** Tampoco importa esa labor de investigación y divulgación propósitos de agravio a los extraños, ni morbosas propensiones a resucitar rencores y malentendidos que ninguna razón tienen de subsistir en nuestros días. La responsabilidad histórica de los gobernantes, trasmitida a sus descendientes, puede a veces ser una carga, pero jamás una culpa heredada loor las generaciones posteriores. El error es siempre de hombres, nunca de patrias y raras veces, de pueblos. De la concordia entre las naciones es prenda la comprensión mutua, y a la comprensión se llega con el lenguaje transparente y el razonamiento claro, sin ofensa, codicia o detrimento de lo ajeno.
** Por todo cuanto dicho queda, acaso este libro no alcance a satisfacer a "lopiztas" ni a "antilopiztas", términos absurdos, detestables y desprovistos de toda razón histórica y de todo fundamento lógico, dado que la causa de la patria no puede partirse en dos para arrojar sus pedazos a la voracidad de pasiones y arrebatos. Lopizmo y antilopizmo constituyen -constituyeron, quisiéramos decir- meras banderías de artificio en cal Paraguay, creados en su hora, en mala hora, por intereses de orden político, cuando no de personalísimas inspiraciones y conveniencias, no exentas de fanatismo, y que sólo han servicio para hacer de nuestra historia una justa perniciosa y estéril, buscando los de este bando hacer vibrar las cuerdas de la sensiblería patriotera, y levantando los de aquél el guión deslumbrante de ciertas doctrinas, más que liberales, de ocasión. De Solano López y de su régimen de gobierno hicieron los dos bandos excusa y blasón para justificar, sus respectivas tendencias políticas o doctrinarias; sin cuidado alguno por la substancia histórica del pleito ni por la integridad moral del patrimonio común, que todos decían defender. De cuanto era fundamental y sagrado se echó mano para entronizar lo transitorio y deleznable. Algunos sinceros y convencidos formaron en una y otra fila, pero la paradoja -para no darle otro nombre- quedó al descubierto cuando los hombres que habían fustigado sin piedad el absolutismo dé Solano López se convirtieron luego, en plena era constitucional, en seguros servidores de tiranuelos, de feria. Y aquellos que al mariscal ensalzaron como ejemplo de patriotismo sin par, ninguna prueba dieron en su vida pública -y llegado el caso- de haber asimilado algo de aquel sentimiento que tanto pretendían venerar. La explicación está en que ni unos ni otros se inspiraron en la honestidad de propósitos al pronunciar sentencia sobre los hombres y las cosas de nuestra debatida historia.
** Por ese camino era imposible llegar a la verdad, pero sembrábase, sí, la confusión y echando íbamos las simientes de un nuevo e inoportuno factor de discordia en la familia paraguaya. Pocos se ocuparon de estudiar con criterio objetivo y sentido de proporción el clima social, político y hasta económico en que actuaron Solano López y sus contemporáneos, como si fuera posible desvincular de tales factores las acciones y reacciones de quienes en aquel medio se movían. En zaherir y ensalzar por turnos la figura del Mariscal se fueron todos los afanes y en aquella porfía de gritas y disparos al aire, más de un historiador de valimiento y calidad dejando fué jirones muy preciados de su erudición, prendidos en las zarzas de un ardor no siempre inspirado por el deseo de poner las cosas en su punto.
** Para comprender y apreciar, en la propia savia y raíz de sus orígenes, la actuación pública de Solano López, preciso -y más que preciso, imprescindible- es ir hasta el fondo de los problemas, no solamente externos sino también internos, de cuatro naciones americanas, puesto que mucho de la orientación de sus respectivas políticas exteriores tenía su razón de ser en factores de orden interior, y éstos, a su vez, derivaban, en no pocos casos, de la situación externa de cada país con respecto a sus vecinos. Tan estrechas y cercanas eran -y siguen siendo- las influencias recíprocas de orden histórico, político, social y económico entre los países del Plata y tan identificados los efectos y causas de sus respectivos problemas, que no es posible entrar a juzgar la evolución de cualquiera de ellos con criterio unilateral y espíritu de exclusivismo, ni se puede dar un paso en la historia propia sin meterse a cada rato y de lleno en la ajena. A un momento se llega de tan complicada y espesa visión, que por fuerza se busca refugio en aquello tan resobado y clásico de que los árboles impiden ver el bosque. Esto sólo va diciendo cuán complejo es el afán presuntuoso de llegar a la substancia de las cosas con el ánimo de comprender, en todos sus orígenes, alcances y derivaciones, el nervio motor que impulsó la acción de cada uno de los varios gobiernos en aquella gran tragedia de la incomprensión y del desconocimiento recíproco.
** De todas maneras, de oportuna cuenta es que los paraguayos miremos a los hombres y a las cosas de nuestro pasado, si no al través de los cristales de la verdad absoluta -que sólo en Dios reside- a lo menos, por un prisma de honrada y comprensiva interpretación. Solano López encarnó a la patria en el momento más decisivo de la vida nacional y es para nosotros cifra y compendio de aquella portentosa resistencia de cinco años. Aceptar a Solano López es justificar la causa nacional; renegar de él es hacerle el juego a los sofismas inspirados y creados por la Triple Alianza, actitud que ningún paraguayo de fibra pura puede aceptar. Los pecados y flaquezas del hombre son cuenta aparte. Y bueno es que de esto vaya convenciéndose más de uno, porque si no es sobre la base de este previo y especial pronunciamiento -como se dice en la jerga forense- no hay modo de que lleguemos jamás a entendernos.
** Dejando a un lado las gastadas leyendas y deslucidos gazapos que en torno de la figura del Mariscal tejió el vencedor en su hora, con acompañamiento orquestado de rencores de los propios paraguayos que en carne viva, o en la de sus deudos, sufrieron los rigores de su despiadada mano, el frío y desapasionado estudio de los hechos no presentan a Solano López con ropaje de bárbaro ni hace de él un pérfido salteador de extranjeras honras o un soñador de imposibles imperios. No llevó aquel gobernante a su país a la guerra por la inclinación dantesca de coronar con su gloria personal una montaña de cadáveres, sino que llevado fué él por acontecimientos que no supo o no pudo dominar, porque si le sobraba voluntad, faltábanle, en cambio, amplitud y serenidad de visión, sagacidad política y pulso firme de estadista avezado. Más que un provocador fué el mariscal López un provocado por la fatalidad y la mortal secuencia de circunstancias adversas. Su historial tiene más de víctima que de victimario y su estrella es la estrella del Paraguay eterno: fogonazos de gloria sobre un fondo negro de infortunios sin fin renovados. La rúbrica elegante termina siempre en un manchón de sangre y el gallardete airoso en banderín desgarrado. Y sobre todo, como ha de decirse, no una vez sino ciento en el curso del presente trabajo, faltáronle a Solano López colaboradores de capacidad militar y talento diplomático, ya que no merecen el nombre de tales quienes ejecutaban a ojos cerrados su voluntad suprema, sin voz ni voto en las decisiones trascendentales del gobierno paraguayo. El Mariscal todo lo centralizó en su persona: manejo de los asuntos internos, dirección de la política exterior, defensa nacional, hacienda, economía, justicia, concepción de las operaciones y conducción de la guerra. Jamás a nadie pidió consejos ni de persona alguna escuchó recomendaciones, acaso porque nadie había con suficiente capacidad para dárselos, o porque su natural carácter absorbente era de aquellos que prefieren equivocarse solos. Por eso, suya exclusivamente es la responsabilidad de errores y fracasos como en justicia suyos han de ser los méritos de los pocos éxitos y de las muchas glorias. Al anotar en su buena cuenta cuanto favorecerle pueda, admitamos por igual sus defectos y debilidades, que no son patrimonio exclusivo de Solano López, sino que a todos los paraguayos pertenece y alcanza, porque el Mariscal es nuestro, inconfundible e íntimamente nuestro -producto, expresión y símbolo de suelo, raza y ambiente- como nuestro es también el derecho de tenerle por héroe nacional, si así nos place, y con mayor razón cuando esa complacencia ha sido ya revalidada por la mayoría del pueblo paraguayo.
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** No presume ser este esfuerzo una relación completa de la vida y pasión de Solano López, ni se ha sujetado él a una rígida e inalterable línea cronológica en el relato de hechos y sucedidos. Tampoco se ha intentado hacer historia militar.
** De la guerra apenas se tocan aquellos episodios que más honda y directamente influyen sobre el colorido de la figura principal. Por encima de los aspectos políticos y militares de su actuación, nos han interesado la facetas de su personalidad humana. Natural es que para percibir en todos sus matices la actuación del personaje, algún decorado hacía falta agregar, mas apenas lo suficiente para dar al escenario los tonos de luces y de sombras que a cada cuadro conviene. Y si nada de muy revelador hallan los eruditos en las páginas del presente trabajo, recuérdese que también constituye novedad el presentar desde un aspecto nuevo las cosas ya sabidas y conocidas.
** De la documentación citada en el curso de este libro, son inéditas en su mayor parte las cartas de Carlos Antonio López y del mariscal Francisco Solano a Félix Egusquiza, pertenecientes al repositorio familiar de este último, como también lo son las piezas halladas en el archivo del general Urquiza -cuya colección documental, compuesta de ochenta y cuatro legajos, ha sido cedida no hace mucho al Archivo General de la Nación Argentina por los descendientes del prócer entrerriano- y algunas de las comunicaciones entre el gobierno uruguayo y sus representantes en Asunción, procedentes éstas del Archivo Nacional de Montevideo. De segunda mano es lo demás, y si no siempre se anota al pie de cada cita su procedencia y origen es por no distraer al lector, fatigando sin provecho su atención. Tan al raso están esas fuentes que poca diligencia habrá menester quien sienta deseos de comprobar la fidelidad de lo citado.
** Algunos de los episodios y anécdotas referidos en estas páginas los he escuchado de labios de gente de aquella época y que muy cerca estuvieron de la persona del Mariscal durante la guerra, entre la cual he de mencionar á mi venerable abuela materna, doña Juana Melgarejo de Riquelme, fallecida en 1915, que siguió al ejército de Solano López desde Paso Pucú hasta Cerro Corá, acompañando a su esposo -el teniente Sahas Riquelme, del batallón 40 primero, y comisario del cuartel general, más tarde- y a sus hijos Agustín y Pedro Antonio. A una memoria feliz debo el guardar hoy cabal recuerdo de ciertos relatos oídos en días ya lejanos.
** La contemplación diaria de las altas y nevadas cumbres de los Andes ha hecho más fácil mi labor; serenidad de espíritu y fortaleza de ánimo infunden su visión majestuosa para mirar a las figuras señeras de la historia al través de clara y limpia luz, como es la prodigada a raudales por este sol mendocino de oro y plata, y para sobreponerse a insuficiencias, lejanías y nostalgias. - ARTURO BRAY - Mendoza, mayo de 1945.

sábado, 18 de julio de 2009

GEORGES FOURNIAL

OBRA: "ELISA ALICIA LYNCH - GUERRERA CONTRA LOS INGLESES Y LA TRIPLE ALIANZA"
Por GEORGES FOURNIAL
(Traducción al castellano: RUBÉN BAREIRO SAGUIER)
Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay, 2008 (61 páginas)
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Podrá obtener mayor información de GEORGES FOURNIAL y su libro en:
http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=637
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Consulta: info@portalguarani.com
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PRESENTACIÓN
** "Querido amigo, no sé como agradecerte la referencia bibliográfica que me envías sobre Elisa Alicia Lynch. Ampliará vastamente la que tengo. Me será preciosa".
** El párrafo transcrito es de una carta de Georges Fournial, autor de este volumen.
** Fournial era ensayista, periodista y militante de causas como la de este libro. Yo sabía que le apasionaba la heroína y que tenía material de primera mano sobre ella. Entre otros, testimonios de los encuentros que mantenía Elisa con el científico y prestigioso líder anarquista Elisée Reclus -y su grupo-que habían apoyado la causas paraguaya. Es de destacar, por sobre todo, una cena en la residencia de Víctor Hugo, en la que el gran escritor, en presencia de Lízt, T. Gautier, Juliette Druot y otras celebridades conocieron el holocausto cometido contra el Paraguay, comentado con ardor, con pasión por el ilustre anfitrión.
** Georges Fournial era un hombre de pasiones. Una de ellas era el Paraguay. Hacía parte del Comité de Redacción de Europe, de una excelente revista mensual, fundada en 1923 por un grupo de intelectuales, entre los cuales cabe citar a Romain Rolland, Paul Eluard, Aragón, Elsa Triolet, la cual dedicaba una parte a un tema central y la otra a diferentes materias de interés diverso. Fournial batalló y obtuvo que el Nº 494 de EUROPE, de junio de 1970, tuviera como materia central LITERATURA DEL PARAGUAY, dando a conocer nuestra remota producción literaria en Francia, con una selección rigurosa y la entusiasta participación de nuestros mejores escritores.
** A esta "hazaña" sumó el libro Elisa Alicia Lynch. La dama de Asunción. Como decía, nos enteramos de la vida y las pasiones de la compañera de Francisco solano López, a quien acompañó hasta Cerro Col, habiendo combatido en múltiples batallas.
** Es el imponente anfiteatro de la cordillera Elisa Alicia Lynch fue testigo presencial de la muerte de su compañero cuando, luego de ser intimado a rendirse, contestó: " ¡Muero por mi patria. .. ! "Y también de la de su hijo, Panchito López, adolescente de 15 años, Comandante en Jefe del Ejército, cuya respuesta a los asesinos fue: “Un Coronel del Ejército paraguayo no se rinde jamás”.
** En 1989 nos encontramos con Foumial y me insistió en que le gustaría que fuese yo quien tradujera el libro al castellano. Falleció unos meses después de nuestro encuentro. Su señora esposa me hizo llegar los requerimientos legales. Este volumen es el fruto de la palabra empeñada con convicción.
Por RUBÉN BAREIRO SAGUIER.

viernes, 17 de julio de 2009

NELSON AGUILERA

OBRA: "MADAME LYNCH - UNA REINA SIN CORONA"
por NELSON AGUILERA **
© Nelson Aguilera, Poetas Paraguayos y Matías Ferreira Díaz
Loma Pytâ-Las Colinas-Paraguay 2009
Elaboración de tapa: Elisabeth Aguilera
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Para obtener mayor información sobre el autor en:
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Madame Lynch. Una reina sin corona.
** Histórica es esta novela de Nelson Aguilera, pero sus mismos personajes elaboran una obra testimonial. El autor está presente en la reflexión, en el vuelo espiritual y en su compasión. Es así como posiciona su perspectiva en núcleos autobiográficos de las distintas voces que conformaron el entorno de la epopeya del Paraguay.
** A los actores los recorta de sus retratos, de sus nombres en la historia, y los presenta vivos. Cada uno de ellos es el mismo ser humano de todo tiempo, de todo lugar, con sus alturas y sus profundidades, con sus miserias y debilidades, y también con su grandeza.
** En entrecruzamiento de discursos fluctúan sus voces portadoras de emoción y pasión, que en sístole y diástole se polarizan en Elisa Lynch, un ser bello y atormentado, de presencia inmarcesible en la historia paraguaya. – ESTHER GONZÁLEZ PALACIOS
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CONTENIDO
Capítulo 1: Infancia en Cork
Capítulo 2: Isidoro Díaz
Capítulo 3: Navidad
Capítulo 4: Estación de París
Capítulo 5: La partida de John Lynch
Capítulo 6: Inocencia López de Barrios
Capítulo 7: Marsella y el mar
Capítulo 8: Hambre en Irlanda
Capítulo 9: Rafaela López de Bedoya
Capítulo 10: De Marsella a Nápoles
Capítulo 11: Benigno López Carrillo
Capítulo 12: Juanita Pessoa
Capítulo 13: En la Medina de Orán
Capítulo 14: Venancio López Carrillo
Capítulo 15: Doña Juana Pabla Carrillo de López
Capítulo 16: Nápoles
Capítulo 17: Henry
Capítulo 18: Juliana Insfrán
Capítulo 19: Don Carlos Antonio López
Capítulo 20: Resentimientos argentinos
Capítulo 21: Pancha Garmendia
Capítulo 22: Fiestas y más fiestas
Capítulo 23: El niño testigo
Capítulo 24: Los primeros días en el Paraguay
Capítulo 25: Padre Fidel Maíz
Capítulo 26: General Díaz
Capítulo 27: Llegada a Medina
Capítulo 28: Recuerdos de Acosta Ñu
Capítulo 29: Voces extranjeras
Capitulo 30: Tormenta en el Egeo
Capítulo 31: Juan Crisóstomo Centurión
Capítulo 32: Ayuda de la enemiga
Capítulo 33: Rumbo a Lárnaca
Capítulo 34: Coronel Silvestre Aveiro
Capítulo 35: Llegada a Jafa
Capítulo 36: Panchito López
Capítulo 37: El monasterio de los Padres Franciscanos
Capítulo 38: El Mariscal Francisco Solano López
Capítulo 39: De Ramla a Jerusalén
Capitulo 40: Arrepentimiento y retorno
Capítulo 41: Reencuentro y partida

WILLIAM E. BARRETT

OBRA: "UNA AMAZONA - LA APASIONANTE BIOGRAFÍA DE MADAME LYNCH Y SOLANO LÓPEZ"
por WILLIAM E. BARRETT
Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay 2003 (411 páginas)
Edición al cuidado de Vidalia Sánchez
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Puede obtener mayor información sobre WILLIAM BARRETT en:
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Consultas: info@portalguarani.com
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PREFACIO
PARAGUAY ES EL PAÍS DE LA PROFECÍA.
** Una de las dos naciones más pequeñas del continente americano, fué el primer Estado comunista americano, el primer país americano gobernado por un dictador absoluto (en el sentido moderno de la palabra) y en 1936 -un año antes del golpe brasileño- el Paraguay se convirtió en Estado totalitario con un gobierno de forma fascista.
** En 1864, mientras los Estados Unidos estaban librando la guerra de secesión, el Paraguay produjo la Guerra Mundial de 1914-1918 en miniatura; un cuadro profético de la Gran Guerra que debía llegar. Frente a tres enemigos, identificados por la prensa como "los aliados", el Paraguay halló necesario cometer "ultrajes" contra la navegación para contrarrestar un bloqueo que lo había forzado a la producción de ropas y alimentos sintéticos. El dictador del Paraguay, Francisco S. López, hizo que uno de sus enemigos más poderosos le declarase la guerra cuando cruzó, a sugestión de Elisa Lynch, su amante, el territorio de un país neutral para ir al encuentro de un beligerante. López, luchando contra una superioridad abrumadora, recurrió a la guerra de trincheras y, en preparación de una retirada inevitable, construyó una "Línea Hindenburg" de trincheras en tres filas paralelas, siendo cada trinchera vulnerable al fuego de la que estaba inmediatamente detrás.
Inevitablemente, también, los aliados resultaron victoriosos y los términos de la paz fueron un preanuncio de Versalles. La nación conquistada fué desarmada, ocupada, sojuzgada, obligada a observar el desarme y los tratados de fronteras durante cierto tiempo, y arruinada económicamente.
** Elisa Lynch sigue siendo la única profecía que no se ha cumplido. El raro talento que poseyó nunca podría haber sido empleado en provecho propio; lo tuvo en depósito para el hombre que podía mandarlo. Sin ella, López era errante e indeciso, a pesar de sus grandes dotes para el comando; con ella, llegó a ser un arma perfectamente equilibrada que arrojó una sombra sobre la América del Sur.
** Hay en el Paraguay muchas historias que merecerían la pena de contarse. Hay drama en el Estado comunista de los jesuitas, un Estado sin impuestos en el cual todo ser humano recibía lo necesario para vivir sencillamente y donde no existía la presión de la competencia. Hay drama en la historia de los gobernadores españoles que se apoderaron del exceso de la producción sobre el consumo, lo emplearon para la exportación y cobraran las ganancias en oro; oro que prefirieron conservar en la América del Sur para una nueva aristocracia española, antes que enviarlo a la vieja España. Luego Francia, el dictador mestizo "sin pasión humana y sin vicio humano, salvo el vicio de Lucifer, la soberbia", que hizo una escabel de la Iglesia, del Estado y de la dignidad humana.
** Esas historias podrían contarse y deberían contarse, pero la que importa en la historia del Paraguay, por haber afectado el destino de toda la América del Sur, es la historia de Francisco Solano López.
** Los años que precedieron a López prepararon su llegada; los años que le siguieron, pagaron el precio de que él haya vivido. Esta es la historia de Francisco S. López y de Elisa Alicia Lynch. La historia del uno no puede contarse sin la de la otra y viceversa. Construyeron juntos en los años de paz y cabalgaron juntos por los años de una guerra increíble. En la epopeya sangrienta de Francisco S. López, Elisa Lynch compartió tanto la autoridad como la responsabilidad y Héctor Varela la describe acertadamente citando dice que es "una hermosa pecadora ligada íntimamente a hechos calamitosos”.
** El escritor de una narración histórica incurre en deudas innumerables en el curso de su obra; su principal obligación es con la propia Historia.
** En la preparación de "UNA AMAZONA" he descartado muchas leyendas románticas que hubieran entusiasmado al novelista, pero que hubiesen ultrajado a la verdad. Al escribir esta obra me he mantenido fiel al tiempo, al lugar y a la ilación; en ningún caso he tergiversado el verdadero orden cronológico de los acontecimientos para obtener un efecto dramático. Teniendo presente 14 declaración del general McMahon: "Nunca ha habido una guerra sobre la cual se haya mentido tanto como sobre la guerra del Paraguay", y la frase de Hilaire Belloc: "La historia legible es melodrama", me he documentado mucho más de lo que se acostumbra para una obra de esta naturaleza y me he esforzado por mantener lejos de un material melodramático, la calamidad de un estilo melodramático.
** No me he alistado entre los defensores ni entre los atacantes de Francisco S. López y Elisa Lynch. He tratado, primero, de comprenderles, y luego, de reunir mi material en tal forma como para poder comunicar mi comprensión de ellos al lector. Si surgen de mi libro como seres humanos y si despiertan interés por la colorida y asombrosa historia de las naciones sudamericanas, estaré más que satisfecho.
** Reconozco mi deuda y expreso mi más sincero agradecimiento a la Biblioteca del Congreso y a los numerosos miembros de su personal que me prestaron una ayuda tan valiosa. Deseo también dar gracias a la Biblioteca Ibero Americana de la Universidad Católica por las grandes facilidades puestas a mi disposición y por el permiso para examinar muchos ejemplares raros de la Colección de Lima; a la Biblioteca de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional que me concedió el acceso a mucho material imposible de conseguir en otra parte y en condiciones que hicieron que la investigación resultase sumamente agradable.
** Con las siguientes personas tengo una deuda especial de gratitud: Mr. William Louis Dunne, que conoce a la América del Sur también como a los Estados Unidos y que compartió su correspondencia y sus recuerdos con generosidad ilimitada; Mr. Charles Gauld, de la Universidad de California, cuya eficaz ayuda resultó inapreciable en la traducción de muchos papeles y documentos; Mr. Paul McNeil, director de la Colección de Lima, cuyo amistoso interés no estuvo limitado a las horas de trabajo; Mrs. Florence Jackson Stoddard, que conoció a los hijos de Francisco S. López y Elisa Lynch en Buenos Aires y que contribuyó con muchas anécdotas y episodios de sus recuerdos personales y de su correspondencia; y con todos aquellos, anónimos por pedido, que generosamente me permitieron examinar la correspondencia privada de alguien que desempeñó un papel vital en el drama de "Una Amazona". WILLIAM E. BARRETT