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en la GALERÍA DE LETRAS del
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DON CARLOS A. LOPEZ
Proclama 4/XII/1845
EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, PARAGUAYOS:
** En la primera aurora de la Independencia vuestra Patria fue invadida, pero vosotros castigasteis debidamente al invasor. De las márgenes de Paraguarí y de Tacuarí él tuvo que huir, vencido y cubierto de vergüenza y temor. Hoy el mismo invasor, dirigido por un gobierno ambicioso y tiránico, intenta combatir de nuevo la Independencia Nacional y violar vuestros lares, el sagrado territorio de la Patria. Conviene no esperarlo, -conviene ir a su encuentro y obligarlo a retroceder sobre sus criminosos pasos. Así exigen los intereses, el honor, el nombre y la gloria de la República.
** Marchad, marcharemos todos, si preciso fuere. Desmintamos las calumnias degradantes, que ese pérfido gobierno hace circular contra nuestra civilización y valor. Mostremos a la faz del mundo que somos americanos, hermanos de los esforzados Orientales, que levantaron padrón de gloria eterna sobre las murallas de Montevideo, que somos hijos de los bravos que derrotaron a los mismos invasores, que somos valientes, dignos de la libertad.
** Todos los sacrificios sean pocos, pero, cuando la victoria adornare vuestros estandartes, no imitéis al enemigo, sed generosos y clementes con el vencido; volved con vuestros trofeos brillantes, resplandecientes de gloria, no manchados de crímenes y crueldades. Así ellos adornaran majestuosos los monumentos de la Patria y vuestros conciudadanos, apuntando hacia vosotros, recordarán que fuisteis de los bravos y generosos soldados de la Independencia.
Ea, Paraguayos, marchemos a la victoria: por ella nos aguardan días de grandeza, prosperidad y júbilo para la Patria.
¡Viva la República del Paraguay!
¡Independencia o Muerte!
¡Vivan los bravos paraguayos!
De "El Paraguayo Independiente". Por Carlos A. López. Tercera Edición, 1930.
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DON CARLOS A. LOPEZ
7/XII/1845
EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA AL EJÉRCITO:
SOLDADOS: La República del Paraguay necesitaba de paz y libertad: he procurado conservar a toda costa estos dos grandes bienes; pero el Dictador de Buenos Aires, ambicioso y pérfido, nos obliga a la guerra; no consiente que seamos independientes y libres; quiere que seamos sus esclavos; no podíamos sin afrenta sujetarnos a sus caprichos y nos ha hecho la guerra sin declararla; nosotros, más nobles y honrados, la hemos declarado, antes de hacerla.
SOLDADOS: A vosotros encomienda la Patria esa gloriosa misión: ha llegado el momento de desmentir a ese Tirano insolente, que tiene a los Paraguayos por incapaces y cobardes: mostradle lo que vale un Pueblo que quiere ser libre y tiene un valor innato.
SOLDADOS: Orden, subordinación y respeto a vuestros superiores: fortaleza y sufrimiento en las fatigas, valor y firmeza en los peligros y la victoria es vuestra. A cualquier par te que os conduzcan las operaciones de la guerra os seguirá la solicitud paternal de vuestro Presidente! Vais a combatir a las órdenes y; bajo de la dirección de un General acreditado por su capacidad militar, ilustre por sus victorias, venerable por sus virtudes cívicas y heroico por su perseverancia en combatir la Tiranía: vais a pelear al lado de hermanos y amigos, que tienen un mismo objeto y unos mismos intereses que vosotros: ocho años ha que a pesar de los más terribles contrastes no han desmayado, están combatiendo a ese mismo Dictador feroz, que se ha hecho vuestro enemigo: imitad y exceded la constancia de esos bravos: haced que la fama os distinga por vuestro valor, por vuestra severa disciplina, por vuestro respeto a las personas y a las propiedades, aún de vuestros enemigos.
** Tenéis en vuestro auxilio los votos y la simpatía de todos los hombres civilizados y la asistencia de grandes y poderosas Naciones.
SOLDADOS: Os he dado la prenda más preciosa de mi estimación, haciéndoos conducir por un otro yo: por mi hijo: partid confiados en que el Paraguay no puede ser vencido en esta lucha de la libertad contra la tiranía, de la independencia contra la esclavitud.
De "El Paraguayo Independiente". Por Carlos A. López. Tercera Edición, 1930.
Proclama 4/XII/1845
EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, PARAGUAYOS:
** En la primera aurora de la Independencia vuestra Patria fue invadida, pero vosotros castigasteis debidamente al invasor. De las márgenes de Paraguarí y de Tacuarí él tuvo que huir, vencido y cubierto de vergüenza y temor. Hoy el mismo invasor, dirigido por un gobierno ambicioso y tiránico, intenta combatir de nuevo la Independencia Nacional y violar vuestros lares, el sagrado territorio de la Patria. Conviene no esperarlo, -conviene ir a su encuentro y obligarlo a retroceder sobre sus criminosos pasos. Así exigen los intereses, el honor, el nombre y la gloria de la República.
** Marchad, marcharemos todos, si preciso fuere. Desmintamos las calumnias degradantes, que ese pérfido gobierno hace circular contra nuestra civilización y valor. Mostremos a la faz del mundo que somos americanos, hermanos de los esforzados Orientales, que levantaron padrón de gloria eterna sobre las murallas de Montevideo, que somos hijos de los bravos que derrotaron a los mismos invasores, que somos valientes, dignos de la libertad.
** Todos los sacrificios sean pocos, pero, cuando la victoria adornare vuestros estandartes, no imitéis al enemigo, sed generosos y clementes con el vencido; volved con vuestros trofeos brillantes, resplandecientes de gloria, no manchados de crímenes y crueldades. Así ellos adornaran majestuosos los monumentos de la Patria y vuestros conciudadanos, apuntando hacia vosotros, recordarán que fuisteis de los bravos y generosos soldados de la Independencia.
Ea, Paraguayos, marchemos a la victoria: por ella nos aguardan días de grandeza, prosperidad y júbilo para la Patria.
¡Viva la República del Paraguay!
¡Independencia o Muerte!
¡Vivan los bravos paraguayos!
De "El Paraguayo Independiente". Por Carlos A. López. Tercera Edición, 1930.
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DON CARLOS A. LOPEZ
7/XII/1845
EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA AL EJÉRCITO:
SOLDADOS: La República del Paraguay necesitaba de paz y libertad: he procurado conservar a toda costa estos dos grandes bienes; pero el Dictador de Buenos Aires, ambicioso y pérfido, nos obliga a la guerra; no consiente que seamos independientes y libres; quiere que seamos sus esclavos; no podíamos sin afrenta sujetarnos a sus caprichos y nos ha hecho la guerra sin declararla; nosotros, más nobles y honrados, la hemos declarado, antes de hacerla.
SOLDADOS: A vosotros encomienda la Patria esa gloriosa misión: ha llegado el momento de desmentir a ese Tirano insolente, que tiene a los Paraguayos por incapaces y cobardes: mostradle lo que vale un Pueblo que quiere ser libre y tiene un valor innato.
SOLDADOS: Orden, subordinación y respeto a vuestros superiores: fortaleza y sufrimiento en las fatigas, valor y firmeza en los peligros y la victoria es vuestra. A cualquier par te que os conduzcan las operaciones de la guerra os seguirá la solicitud paternal de vuestro Presidente! Vais a combatir a las órdenes y; bajo de la dirección de un General acreditado por su capacidad militar, ilustre por sus victorias, venerable por sus virtudes cívicas y heroico por su perseverancia en combatir la Tiranía: vais a pelear al lado de hermanos y amigos, que tienen un mismo objeto y unos mismos intereses que vosotros: ocho años ha que a pesar de los más terribles contrastes no han desmayado, están combatiendo a ese mismo Dictador feroz, que se ha hecho vuestro enemigo: imitad y exceded la constancia de esos bravos: haced que la fama os distinga por vuestro valor, por vuestra severa disciplina, por vuestro respeto a las personas y a las propiedades, aún de vuestros enemigos.
** Tenéis en vuestro auxilio los votos y la simpatía de todos los hombres civilizados y la asistencia de grandes y poderosas Naciones.
SOLDADOS: Os he dado la prenda más preciosa de mi estimación, haciéndoos conducir por un otro yo: por mi hijo: partid confiados en que el Paraguay no puede ser vencido en esta lucha de la libertad contra la tiranía, de la independencia contra la esclavitud.
De "El Paraguayo Independiente". Por Carlos A. López. Tercera Edición, 1930.
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Fuente: ANTOLOGIA DE LA ORATORIA PARAGUAYA 1811 – 1967. Autor: JUAN I. LIVIERES ARGAÑA. Escuela Técnica Salesiana, Asunción-Paraguay, 1968 (430 páginas)
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