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viernes, 18 de junio de 2010

HUGO MENDOZA - LA CAMPAÑA DE PIKYSYRY / Fuente: LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA 1864 -1870

LA CAMPAÑA DE PIKYSYRY
Autor: HUGO MENDOZA
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
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LA CAMPAÑA DE PIKYSYRY
La caída de Humaitá determinó que el mariscal Francisco Solano López abandonara la fortaleza dirigiéndose al Chaco con el objeto de volver a establecer más al norte una nueva línea de defensa más cercana a la capital y a sus bases de abastecimiento. Con lo que restaba a las tropas del cuadrilátero evacuadas del Chaco, instaló primeramente esta línea al norte de la región pantanosa que bordeaba el curso inferior del río Tebicuary, afluente del río Paraguay y su cuartel general en el pueblo de San Fernando.
Se extendió la conscripción de 12 a 60 años y se incorporaron a las filas los esclavos destinados hasta entonces a las plantaciones del Estado lo que le permitió reconstruir, con los sobrevivientes de Humaitá y del Chaco, un ejército de 13.000 hombres para sostener su nueva línea. Pero esta se reveló extremamente frágil debido al dominio de la escuadra brasileña sobre el río Paraguay, que forzó el pasaje del Tebicuary y bombardeó San Fernando durante toda la noche del 24 de julio, fecha en la que los conjurados de Asunción tenían previsto entregar al mariscal López.
Este bombardeo lo convenció de la precariedad de las posiciones del TEBICUARY, demasiado expuesto a los cañones de la flota imperial. Ubicó entonces su defensa primeramente detrás del ESTERO POÍ, brazo occidental de la vasta LAGUNA YPOÁ, luego hacia el ARROYO PIKYSYRY, límite meridional de la parte habitable del Paraguay donde comienzan las colinas, las plantaciones de naranjos, a 13 kilómetros al sur de Asunción y 200 al norte de Humaitá. Nacido en las colinas al este de la capital, el ARROYO PIKYSYRY atraviesa la laguna Ypoá de la cual constituye el desaguadero septentrional, luego disminuye progresivamente de 2000 a 20 metros de ancho antes de unirse al río Paraguay al sur de un barranco de forma cóncava llamado ANGOSTURA.
El terreno al sur del Pikysyry está recubierto por una profusión de bosques de plantas espinosas y de palmares que lo vuelven infranqueable fuera de un pasaje llamado "CAMINO REAL" que se remonta a la época colonial y que por ello se encontraba en muy mal estado.
Con centenares de carretas transportando su artillería y toda la población civil, el mariscal López abandonó San Fernando en los últimos días de agosto y, luego de un difícil recorrido a través de una zona de espesa vegetación donde el paso debía ser abierto con machete, llegará a Pikysyry a comienzos de setiembre. Una vez en el sitio, supervisó personalmente la preparación a cargo de GEORGE THOMPSON, durante dos semanas, al borde del arroyo, de una línea de defensa de 10 kilómetros aún más fuerte que las anteriores que partía al este del POTRERO MÁRMOL laberinto de bosques y de esteros intransitables y desembocaba en el río en Angostura. Esta línea estaba dotada de 85 piezas de artillería de todos los calibres apuntadas hacia el sur para mantener bajo fuego cruzado la única ruta que unía Palmas a Villeta atravesando las aldeas y el reducto cerrado de Angostura para impedir todo pasaje de navíos, de 18 piezas apuntadas hacia el río, de las cuales 6 cañones de 68 mm, 2 de 32 mm, 1 Whitworth de 32 pulgadas capturado de los imperiales y el cañón de 150 mm "CRIOLLO", construido en el arsenal de Asunción y gemelo del "GUARANÍ" que tuvo que ser abandonado en Humaitá.
Esta línea mantenida a partir del 29 de agosto por 10 a 12 mil hombres de las tres armas, sobrevivientes de los 100 mil soldados incorporados desde el inicio de la guerra y, en su mayoría, mayores, adolescentes o heridos y enfermos más o menos restablecidos.
Pero infantes, soldados de caballería y artilleros estaban insuficientemente provistos de municiones, pues la infantería no disponía más que de 60 a 100 cartuchos por hombre y ningún cañón contaba con una dotación superior a 100 granadas, limitada a 20 o 30 proyectiles para ciertas piezas.
Pero los sufrimientos engendrados por la falta de alimentos, la insuficiencia de medios de lucha y la ignorancia de la situación en la cual se encontraban sus familias no llegaron a bajar
la moral de estos combatientes que, en una lucha que se volvió demasiado desigual conservaron intactos la devoción hacia su jefe y la fe en la justicia de su causa y el destino de su país.
El comandante aliado, el DUQUE DE CAXIAS, que había transferido sus bases de apoyo logístico de Corrientes a Humaitá y tenía a su disposición 60.000 hombres bien pertrechados, no logró darse cuenta enseguida del abandono progresivo de las trincheras del Tebicuary por los paraguayos que sólo dejaron en su primera línea un número de 400 hombres y 3 cañones livianos con el mayor Rojas y, en la desembocadura del río, al teniente coronel MORENO con algunos hombres y 3 cañones. El coronel CÉSAR MONTIEL con 3000 hombres de las tres armas se instalaron ligeramente más atrás de la primera línea.
La mayor parte de las fuerzas imperiales sólo se movieron hacia el norte bajo la dirección de Porto Alegre el 19 de agosto, quien atravesó el río Ñeembucú al norte de la Villa del Pilar el 24 y alcanzó la orilla sur del Tebicuary luego de una escaramuza sobre la meseta de Yacaré el 25. El 28, los jinetes de Rio Grande do Sul del coronel NIEDERAUER tomaron luego de un encarnizado combate la trinchera defendida por ROJAS, y el capitán JOSÉ MATÍAS BADO, una de las glorias de la caballería paraguaya, atravesarán el Tebicuary y entraron por la noche en San Fernando, totalmente abandonada y destruida por el incendio provocado por los paraguayos antes de su partida de esa población. En los combates de YACARÉ y del 28, los imperiales perderán más de 500 hombres, los paraguayos 180 muertos y 90 prisioneros entre los cuales ROJAS y BADO, pero MORENO llegó a unirse a MONTIEL con sus 3 cañones y a replegarse con él hacia la nueva línea del Pikysyry.
El mariscal López emprenderá una nueva reorganización de sus fuerzas con hombres mal armados, en harapos y hambrientos que habían alcanzado el Pikysyry. Los batallones se agruparon para formar 5 divisiones cuyo comando fue confiado a nuevos jefes que al inicio de la guerra sólo eran capitanes o tenientes.
THOMPSON, nombrado coronel, recibió la comandancia de la plaza fuerte de ANGOSTURA, el coronel PEDRO HERMOSA la del ala derecha, los coroneles JOSÉ RAMÓN y CÉSAR MONTIEL la del centro y el ala izquierda hasta POTRERO MÁRMOL estará a cargo del coronel VALOIS RIVAROLA.
Un poco al sudeste de Villeta se encuentra las lomas de ITÁ YBATÉ y KUMBARITY. Entre estrechas lomas (que juntas se llaman Lomas Valentinas) corre un arroyito que nace en los esteros próximos.
ITÁ YBATÉ está al norte de KUMBARITY, es decir más próxima a VILLETA. El cuartel general se instaló en KUMBARITY, a dos kilómetros después de las trincheras de la primera línea, sobre una colina cubierta de naranjos desde la cual el mariscal López podía observar el conjunto del frente que el bautizara ITÁ YBATÉ.
Para llegar a ITÁ YBATÉ había dos caminos, verdaderos desfiladeros abiertos a través de una espesa arboleda. La derecha de esta posición estaba completamente descubierta y la izquierda estaba también abierta por el POTRERO MÁRMOL.
La hondonada formada por las dos mencionadas colinas estaba débilmente fortificada. A pesar de todo, solo por el frente era defendible la posición.
A diez kilómetros al oeste de LOMAS VALENTINAS estaba la trinchera de ANGOSTURA, sobre la margen izquierda del río Paraguay, que forma en este lugar una gran curva, convexa hacia el este, estrechándose más arriba entre altas barrancas, pobladas por exuberante vegetación.
Entre ANGOSTURA y LAS PALMAS corre el ESTERO POÍ, que nace de una laguna situada un poco al este. Paralelo al estero corre el ARROYO PIKYSYRY, que desemboca en el punto medio de la mencionada curva, a 15 kilómetros al norte de LAS PALMAS.
Las trincheras de Angostura se apoyaban en el Pikysyry. A lo largo de ésta en una extensión de 8 kilómetros, se levantaban prolongadas fortificaciones destinadas a detener el avance desde el sur por donde se pensaba atacaría el enemigo.
El 23 de setiembre, la primera línea de los aliados se presentó delante del ARROYO SURUBI y hacia el cual López enviará el escuadrón ACÁ VERA que formaba la escolta presidencial y un batallón de fusileros respectivamente comandados por el teniente coronel JULIÁN ROA y el mayor MONTIEL con la intención de atraer al enemigo hacia una trampa. Con un resultado de 30 oficiales y 500 soldados fuera de combate contra 29 muertos y 63 heridos entre los paraguayos, los imperiales llegaron a franquear el SURUBI’Y y, bajo la protección de su escuadra, se instalaron en Palmas, más abajo de Angostura. El pasaje de esta posición fue forzado, el 5 de octubre, por 4 acorazados que luego fueron a echar anclas entre ANGOSTURA y la playa de SAN ANTONIO con el objeto de interceptar las embarcaciones que transportaban durante la noche desde Asunción, los reabastecimientos destinados a los combatientes paraguayos.

EL RODEO ALIADO POR EL CHACO
El estudio profundo del terreno por parte de Caxias, desde su llegada al nuevo puesto de comandante de Palmas, lo llevaron a concluir que la línea del Pikysyry era inexpugnable desde tierra y que, no pudiendo lanzar contra ella un ataque frontal, le sería necesario encontrar otra vía que le permitiera rodearla para surgir luego por detrás de sus adversarios. Reminiscencia de la maniobra realizada por el mariscal López para salir de Humaitá y del cuadrilátero, lo llevará a retomar la idea de atravesar el Chaco, a pesar de los múltiples obstáculos naturales que presentaba, lo cual había quedado al descubierto desde que Caballero había abandonado la región cumpliendo órdenes superiores. Decidió entonces hacerlo atravesar por sus tropas de sur a norte y pasar luego el río Paraguay para desembocar al norte sobre los paraguayos, lo que significaba una copia de la maniobra del mariscal López pero menos difícil, debido al absoluto dominio del río Paraguay por medio de sus navíos.
La tarea de explorar el terreno del Chaco y emprender la construcción de una ruta accesible para los cañones y vehículos se encargó al general GOMES DE ARGOLLO, ya que la vía construida anteriormente por los paraguayos había quedado inutilizada desde el inicio, mientras que la escuadra escudriñaba minuciosamente las dos orillas del río buscando las baterías que pudieran estar allí escondidas.
Iniciada el 25 de octubre y finalizada a fines de noviembre, la construcción de la ruta del Chaco exigió la apertura por medio de machete u otros medios de excavación de un recorrido de 10.714 metros a través del bosque y el abatimiento de 6000 palmeras cuyos troncos constituirán el sostén de puentes bastante sólidos como para permitir el paso sobre los 5 principales cursos de agua de las carretas y de la artillería.
Dotada sobre toda su extensión de puestos de guardia permanentes y de una red telegráfica, esta ruta partía de la aldea de Punto Santa Teresa al sur, pasaba por el interior en la parte donde el Chaco toma una forma convexa hacia el río Paraguay y terminaba a cincuenta kilómetros al norte, en Santa Elena, que será el punto de concentración de los navíos previstos para que las tropas atravesaran de nuevo el río Paraguay.
En un primer momento, el mariscal López no creyó que Caxias pudiese lanzarse a tal empresa debido a los enormes gastos y al tiempo limitado que ella requería. Sera necesario que el capitán Escobar, clandestinamente llegado al Chaco con un puñado de hombres en misión de observación sin haber sido vistos por el adversario lo convenza a su retorno de que la ruta del Chaco estaba a punto de volverse una realidad ineludible.
A falta de medios para impedirlo y para oponerse al desembarco de los imperiales en territorio nacional, el mariscal López se consagró desde ese momento a los medios que le permitirían impedir a estos últimos, una vez desembarcados, toda progresión desde el norte hacia sus posiciones.
Dejando sobre el PIKYSYRY solo a los ancianos e inválidos, hizo erigir una serie de fortificaciones en los alrededores de VILLETA que él pensaba sería el punto de desembarque elegido por Caxias y constituyó con sus mejores soldados una reserva móvil de 5000 hombres con 12 cañones instalada en Villeta y confiada a BERNARDINO CABALLERO cuya misión sería la de aniquilar al adversario mediante una serie de maniobras rápidas y sorpresivas contra sus flancos y retaguardia. Su concepción de defensa elástica no tenía en cuenta dos datos esenciales: que ello exigiría una parte importante de caballería con la cual ya casi no contaba y, por otro lado, que si bien los soldados que la habían formado eran aguerridos y se encontraban en excelente estado de salud, no por ello estaban al igual que sus compañeros de trincheras, hambrientos, en harapos y prácticamente desarmados.
Luego de haber recorrido de punta a punta la ruta del Chaco con Argollo, Caxias comenzó su "rodeo" con los dos tercios de tropas aliadas de las que disponía.
Dejando en PALMAS y delante del PIKYSYRY a la totalidad de los 4354 hombres del ejército porteño, 800 orientales y 2846 kambás, los restantes 30.000 imperiales repartidos en los tres cuerpos del ejército respectivamente comandados por los generales JACINTO MACHADO BITTENCOURT, OSORIO y ARGOLLO, se embarcaron en PALMAS hacia el Chaco en los navíos de guerra a partir del l de diciembre de 1868. El 4, la caballería que formaba su primera línea alcanzó SANTA ELENA y el nuevo cruce del río Paraguay se inició con el crepúsculo del siguiente día sin haber en ambos casos encontrado la menor resistencia por parte de los navíos o la artillería paraguaya.
La "DECEMBRADA" comenzó de esta manera el 5 de diciembre, al alba, 1000 hombres a caballo y 6000 infantes alcanzaron la orilla opuesta, no en Villeta como lo pensaba el mariscal López, sino 15 kilómetros más al norte, en el rincón de YTORORÓ cerca de SAN ANTONIO, un continuo vaivén de barcos aseguró el transporte de los otros batallones o regimientos imperiales y Caxias instaló su puesto de comando en SAN ANTONIO. Se proponía atacar la retaguardia de la inexpugnable línea de Pikysyry sin dar tiempo a los paraguayos de eludir el golpe retirándose a la Cordillera. Pero el Mariscal López no tenía la menor intención de hacerlo.
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Detalle de la batalla de Pikysyry,
una de las más fieras que soportó
el ejército paraguayo en la Guerra Grande.
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YTORORÓ
Próxima a la extremidad septentrional de las colinas de LOMAS VALENTINAS, YTORORÓ es el nombre guaraní de un arroyo profundo de rápido curso que atraviesa, a una treintena de kilómetros al sur de SAN ANTONIO, una zona de colinas recubiertas de bosques por las cuales pasaba un camino que unía SAN ANTONIO a VILLETA y a LOMAS VALENTINAS. El terreno de esta zona toma la forma de una U con el río Paraguay en la base y un estrecho camino conduciendo al puente del YTORORÓ de gran altura lo que lo hacía fácil de ser defendido con los cañones livianos.
Ante el anuncio del desembarco brasileño, el mariscal López, que mientras tanto había recibido un refuerzo de 6000 hombres venidos del interior, envió en la noche del 5 al 6 de diciembre a BERNARDINO CABALLERO para ocupar el puente del YTORORÓ, único punto de pasaje de la zona, con 6 batallones de infantería, 5 regimientos de caballería y 12 cañones, haciendo un total de 3600 hombres a quienes se unió el coronel GERMÁN SERRANO con 1500 infantes en el curso de la noche.
El general ALEJANDRO GOMES DE ARGOLO debía atacar por el frente con una división, mientras precedidos por su caballería, 22.000 imperiales pertenecientes sobre todo al III cuerpo de Argollo, comenzarán el 6 a las seis de la mañana su marcha hacia Villeta donde fueron recibidos por los cañones del mayor Moreno, juiciosamente disimulados en una colina que dominaba el pasaje. Sospechando una trampa, Caxias ordenó al general MANUEL LUIS OSORIO practicaría con su caballería un rodeo a fin de copar la retaguardia de los paraguayos y al coronel FERNANDO MACHADO apoderarse del puente sobre el YTORORÓ.
Un primer ataque falló ante el fuego de los paraguayos, un segundo asalto en el que Machado encontró la muerte, permitió a los imperiales levantar el puente y apoderarse de 2 cañones, pero una carga de caballería de VALOIS RIVAROLA obligó a los hombres del coronel NIEDERAUER a abandonar el puente que solo habían conservado durante un cuarto de hora. Atacados muy de cerca por los paraguayos que los rodeaban por todos los lados, Niederauer y sus hombres terminaron por replegarse en desorden luego de un encarnizado combate de 4 horas, en el que el puente del Ytororó fue tomado y retomado en tres oportunidades.
Inquieto por las 1500 pérdidas sufridas por el III cuerpo donde ARGOLLO, gravemente herido fue reemplazado por el general HILARIO GURJAO, sin novedades de OSORIO quien se extravió en los esteros y recorrió 21 kilómetros en lugar de 10 para alcanzar el sector que le había sido asignado, Caxias hizo entrar en línea alrededor del mediodía a los 12 batallones del cuerpo de ejército de BITTENCOURT que formaba su reserva. Bittencourt se instaló a la cabeza de sus tropas que llegaron al alcanzar el puente, pero los artilleros de Moreno le causaron serias pérdidas y un cierto desorden comenzó en las filas imperiales. Viéndolo, Caxias abandonó su puesto de comando, les alcanzó y, luego de haber desenfundado su espada, se lanzó solo sobre el puente tratando de imitar lo había hecho NAPOLEÓN BONAPARTE en ARCOLE.
Su gesto aumentó el entusiasmo de sus tropas que lo alcanzaron, tomaron el pasaje y rechazaron a los paraguayos luego de haber capturado 6 de sus 12 cañones. Finalmente con refuerzos constantes de tropas frescas y por el elevado número de sus combatientes, los imperiales se apoderaron del puente. El desgaste de sus hombres no obstante entusiastas para continuar la resistencia y el anuncio de la próxima llegada de Osorio al campo de batalla, incitaron a Caballero a tomar al final de la jornada, la sabía decisión de retirarse hacia Villeta con los hombres y los cañones que le quedaban.
Victoria táctica de los paraguayos pero que no tendría más resultado que retardar la progresión de sus adversarios, la BATALLA DE YTORORÓ ha quedado en los anales militares de América del Sur como "LAS TERMÓPILAS PARAGUAYAS". Ella fue una de las más sangrientas si se considera el espacio restringido que tuvo por teatro: un puente de 20 metros de largo y 5 de ancho, en el centro de un valle de medio kilómetro de extensión. Los imperiales perdieron 2416 hombres de los cuales 136 oficiales, 369 muertos "con los coroneles Jacinto Machado, Acevedo y Guedes y Silva y 2047 heridos entre los que figurarán los generales Argollo y Maximiano Antúnez Gurgeao. Los paraguayos deploraron 1116 pérdidas, 13 oficiales y 317 soldados muertos, 29 oficiales y 757 soldados heridos lo que representó el 20% y más de sus efectivos.
Los beligerantes rompieron contacto luego del combate. Caxias tomó la dirección oeste, donde, en el desembarco de Ypané fue alcanzado por las divisiones de caballería de Porto Alegre y de Mena Barreto y el 7 de diciembre comenzó a dirigir hacia el sur 21.000 hombres con 3000 caballos y 100 cañones que tomaron posición en orden de batalla en la llanura entre YPANÉ y POTRERO VALDOVINOS.
Por su parte y luego de haber reunido a sus comandantes para darles sus felicitaciones, lo que era raro de su parte, el MARISCAL LÓPEZ les hizo realizar una maniobra entre YTORORÓ y LOMAS VALENTINAS y tomar posición al pie de una colina en los bordes de la ribera izquierda del RÍO AVAY que atraviesa un valle encajado entre dos colinas de forma alargada.
El MARISCAL LÓPEZ le preguntó a BERNARDINO CABALLERO si le parecía posible luchar con ventaja en ese terreno, este después de consultar con su segundo el valiente VALOIS RIVAROLA y toda su oficialidad contestó que la posición era indefendible y que era más atinado hacer una retirada con tiempo, para que la gente a su mando pudiera servir de vanguardia a Lomas Valentinas.
El Mariscal consultó al coronel GERMÁN SERRANO, que se encontraba con él, sobre la respuesta de Caballero. Serrano le dio a entender que solo se trataba de una actitud de cobardía del jefe de la columna paraguaya.
LÓPEZ mandó decir a CABALLERO y RIVAROLA que si ellos no se animaban a hacer frente al enemigo en esa posición tenían otros jefes que harían sus veces.
El GENERAL CABALLERO contestó nuevamente al MARISCAL LÓPEZ, diciéndole que se habían interpretado mal sus palabras; y solo le había contestado la pregunta que le hiciera sobre las condiciones del terreno que ocupaba, pero por otra parte, tanto él, como todos sus oficiales y tropa eran capaces de esperar al enemigo y estaban perfectamente dispuestos a luchar hasta triunfar o perecer en el cumplimiento del deber.
En la posición elegida, sus tropas tomaron una disposición idéntica a aquella que habían tornado al iniciar YTORORÓ, es decir un semicírculo con la artillería en retirada hacia el centro y lo que quedaba de la caballería en las dos alas.
Pero si en YTORORÓ el terreno era accidentado y podía prestarse a emboscadas, no sucedía lo mismo delante del AVAY donde, a excepción de una pequeña colina sobre la cual los paraguayos se colocaron, el sitio era enteramente abierto y por ello podía fácilmente ser acorralado por un adversario seis veces superior en número y dotado de una artillería aún más poderosa.
Ejecutando órdenes de López, Caballero se instaló con 5600 hombres y 18 cañones en los bordes del vasto campo de pastoreo de Valdovinos donde recibirá el refuerzo del batallón que poseía su guarnición en Villeta. Colocó su artillería en el centro, sobre el eje de la ruta de Villeta para no exponerla a las cargas de la caballería brasileña e instaló sobre sus alas varias baterías de lanzacohetes y a sus escuadrones entre los arbustos, con el objeto de hacer más difícil toda maniobra de acorralamiento por parte del adversario.

AVAY
Al término de un período de observación del sitio, del establecimiento en 4 días y de una gran preparación de la artillería, Caxias atacó el 11 de diciembre a las 10 de la mañana, bajo una lluvia torrencial, con Mena Barreto y 1 división sobre su derecha, Osorio y el grueso de las fuerzas en el centro y Porto Alegre con 2 divisiones de caballería de 2500 hombres sobre su izquierda.
Bajo el fuego de la artillería paraguaya respondiendo a la enemiga, Osorio lanzó como una avalancha contra el puente del AVAY la división del general Cámara y tres batallones que, al igual que otros dos enviados como apoyo por Caxias, se debieron retirar en desorden más allá del arroyo ante la avalancha de tiroteo paraguayo y la carga del 8° Regimiento de Caballería del mayor BERNAL.
Antes de ser gravemente herido por un tirador solitario, Osorio llegó no obstante a reagrupar a los que se retiraban y a pasar al contraataque.
Caxias tomó entonces personalmente la dirección del II cuerpo del ejército y se movió en el momento en que Porto Alegre con 5000 jinetes y Mena Barreto con 12.000 infantes daban el asalto a las dos alas y a la retaguardia de los paraguayos. Totalmente acorralados, estos se formaron en cuadro alrededor de Caballero y combatieron con la energía de la desesperación, con bayonetas, sables, lanzas e incluso puñales llegando a rechazar el ala derecha enemiga hacia el arroyo mientras que los cañones de Serrano instalados sobre la colina hicieron vacilar a los asaltantes y los empujaron desde la colina hasta el camino. Un ataque de caballería fue igualmente rechazado por Caballero antes que Caxias diera la señal para un ataque final.
La totalidad de los imperiales se abalanzó sobre la colina hacia la cual Caballero y Serrano se habían replegado, entregándose durante una hora a la masacre de infantes paraguayos que continuaron luchando bajo el bombardeo con feroz energía y rechazando rendirse, así como 300 mujeres paraguayas que servían de auxiliares y que combatieron igualmente hasta el final de la carnicería que terminaría al crepúsculo. Solo doscientos hombres con Caballero, se abrieron paso cuando ya se encontraban rodeados, y VALOIS RIVAROLA que fue herido, consiguieron volver en pequeños grupos al cuartel general de ITÁ YBATE donde se les unirán luego numerosos prisioneros que escaparán a la vigilancia de sus guardias, combatiendo heroicamente al arma blanca y bajo una fuerte lluvia
El COMBATE DE AVAY fue, según el brasileño Octaviano Pereira de Souza el más violento y el más horrible de la guerra por la carnicería sangrienta en la que se convirtió. De los 5593 paraguayos que participaron en la titánica lucha, 3000 a 3500 resultarón muertos, 1000 a 1500 heridos fueron hechos prisioneros en su mayoría, entre los cuales los coroneles SERRANO y GONZÁLEZ y el Mayor MORENO como sus 18 cañones fueron capturados por el enemigo.
Las pérdidas imperiales fueron de igual importancia, en el orden de 4000 muertos, entre los cuales se encuentran los coroneles DE LIMA E SILVA (pariente de Caxias), NIEDERAUER, CUNHA y MIRANDA mientras que el mariscal OSORIO fue herido de consideración y los coroneles NERY y PEDRA figuraban también como heridos cuyo número es desconocido.
Luego de AVAY, los imperiales se reagruparon en VILLETA y sus alrededores hasta el 18 de diciembre. Caxias aprovechó ese respiro para hacer descansar a las tropas que habían perdido 7000 hombres en una semana, disolvió seis batallones totalmente diezmados y los reunió en una sola unidad.
CABALLERO, confirmado por el mariscal como jefe de la reserva móvil o de lo que de ella quedaba, se ubicó al oeste de ITÁ YBATÉ, sobre las LOMAS VALENTINAS donde los batallones y regimientos paraguayos fueron igualmente reorganizados.
López tenía sin embargo un doble frente para defender sobre la línea de 8 kilómetros que iba de las colinas de Lomas Valentinas a la plaza fuerte de Angostura; el primero contra los contingentes porteño y oriental repartidos a lo largo de la orilla meridional del Pikysyry, el segundo contra las tropas de Caxias instaladas al norte del arroyo. Él sólo disponía para mantener ambos frentes de 4000 hombres según Thompson o de 7 a 8000 según Centurión. Esta segunda cifra está más acorde a la realidad, pues la primera no englobaba a los 1000 hombres que habían hecho frente a los porteño-orientales hasta ese momento, ni a los defensores de Angostura.
El Mariscal decidió entonces crear al norte una vasta trinchera destinada a cubrir a los soldados opuestos hacia el sur a los porteños y orientales y para ese efecto, apeló a los últimos recursos humanos del país. Llegó así a procurarse de 2 a 3000 hombres, a menudo sexagenarios, o niños de 12 años que serán repartidos en dos categorías, los más aptos, que recibirán un fusil y una bayoneta, los otros una pala y una pica, pero ya no hubo tiempo para hacer construir una segunda línea continua de fortificaciones entre ITÁ YBATÉ y ANGOSTURA, cuya defensa había sido reforzada con la instalación de 6 cañones de 8 pulgadas y una pieza de 150 mm.
Los paraguayos se limitaron a reforzar con fosas las colinas próximas al cuartel general de SOLANO LÓPEZ, que repartió sus infantes sobre estas colinas, colocó sus grupos de caballería en los valles intermedios y detrás de las trincheras, los 40 cañones de los que aún podía disponer, incluido el precioso Witworth.
Rechazando examinar la hipótesis de la imposibilidad de resistencia de su línea de defensa, juzgaba la posición ofrecida por las LOMAS VALENTINAS como la más ventajosa, pues la sucesión de colinas cubiertas de naranjos y de pequeños bosques de árboles así como los vastos espacios libres que ellas ofrecían le parecían ideales para lanzar contra las tropas que operaban a pie contraataques por sorpresa a cargo de una caballería que tenía reservada en los repliegues del terreno.

ITÁ YBATÉ
Las pérdidas sufridas en YTORORÓ, AVAY, debido a los bombardeos y en las acciones menores, redujeron las fuerzas paraguayas a 4000 hombres, incluyendo los 1500 que mantenían la línea del PIKYSYRY.
Caxias estaba decidido a dar el golpe decisivo y, el 18 de diciembre, los imperiales retomaron su avance en dos columnas hacia el PIKYSYRY con MENA BARRETO sobre la derecha, en dirección a los pastos de POTRERO MÁRMOL sobre su izquierda con el general ANDRADE NEVES que, durante la noche, acampó a tres kilómetros de la colina ITÁ YBATÉ, transformada por THOMPSON en campo atrincherado con 40 cañones y abandonada por su población rural que se refugió en Angostura.
La jornada del 19 fue dedicada por los enemigos al estudio profundo del terreno, pero una lluvia torrencial les impidió todo movimiento pensado para el día siguiente.
El 21 a la mañana, luego de una preparación de artillería con 46 cañones de campaña, 12.000 imperiales se lanzaron al ataque, nuevamente en dos columnas, sobre su derecha JOAO MANOEL CÁMARA, sobre su izquierda con Neves y un elemento de Caballería venido de Villeta que entró en Potrero Mármol sin encontrar oposición y allí robó 3000 cabezas de ganado en el centro en dirección al Pikysyry.
LÓPEZ solo contaba con 3800 hombres y 42 cañones para oponerse, pues colocó 2000 hombres y 80 cañones sobre el Pikysyry y 750 hombres con 14 cañones suplementarios en Angostura. En su mayoría hombres mayores o inválidos, los paraguayos que se mantenían desde hacía dos meses en las trincheras barrosas y fétidas del Pikysyry donde sólo existía un simulacro de defensa, esperaban ser más bien atacados desde el sur por los porteños y orientales. Fueron entonces tomados de sorpresa, oponiendo a su izquierda y en el centro solo una débil resistencia y eliminados en su mayoría por medio de sables, bayonetas, aun cuando levantaban los brazos en señal de rendición.
Los pocos sobrevivientes llegaron a Angostura gracias a la enérgica resistencia ofrecida sobre la izquierda por el MAYOR SOLIS, héroe de la jornada, que luego de haber asegurado el salvataje y de haber preservado también lo que quedaba de la artillería, habiendo caído 21 piezas en manos del adversario, se replegara con sus hombres a ITÁ YBATÉ bajo las órdenes del mariscal.
NEVES, que sólo había dejado un mínimo de fuerzas en el Potrero Mármol y frente al Pikysyry, lanzó a comienzos de la tarde el ataque principal contra ITÁ YBATÉ.
Este ataque fue precedido por el bombardeo breve pero intenso de la posición por 500 cañones que en menos de una hora dispersaron más de 13000 granadas sobre los paraguayos sin causarles daños reales. El asalto lanzado consecutivamente contra una primera colina desató, de parte de los paraguayos, hasta el momento atrincherados silenciosamente, una descarga general de fusilería y la respuesta de su artillería, lo que produjo una desbandada en las filas de los infantes y jinetes brasileros, haciéndoles dispersarse en pequeños grupos hacia los bosques y perder el orden de batalla así como su potencia de choque. Era lo que esperaba López que había tomado en persona el comando de sus tropas al acecho en los bosques y entre las colinas que, a la señal dada por un cohete, aparecían detrás del enemigo en el momento en que escalaba una segunda colina.
CABALLERO entró entonces en acción con los escuadrones de VALOIS RIVAROLA, conservados en reserva en las cercanías del Cuartel General. Sus cargas repetidas, en las cuales Rivarola apenas repuesto fue mortalmente herido, y la lucha cuerpo a cuerpo iniciada por los artilleros paraguayos, terminaron por quebrar el impulso de los atacantes, que fueron expulsados fuera de las trincheras de ITÁ YBATÉ y de los valles y bosques aledaños, y empujados hacia la llanura de VILLETA a la hora del crepúsculo. La lluvia puso fin a las operaciones terrestres que se limitaron, hasta la mañana del 21 de diciembre, a duelos de artillería.
ITÁ YBATÉ fue para los imperiales, en el plano táctico, una derrota total, la más importante desde CURUPAYTY, que les costó 3969 pérdidas, entre ellas la del general ANDRADE DE NEVES, que resultó muerto. Caxias después del rechazo del 21 ya no pudo obrar por su cuenta, despreciando a las tropas de sus aliados.
La misma noche del desastre pidió urgentemente a GELLY Y OBES un contingente de infantería. Este con toda la guarnición de LAS PALMAS se incorporó el 22 a las fuerzas imperiales. Aquellos 9000 hombres de refuerzo fueron la salvación del abatido Duque.
Las fuerzas aliadas adoptaron el siguiente orden de batalla a la derecha los porteños, en el centro los orientales cisplatinos y a la izquierda los imperiales.
El MARISCAL LÓPEZ se sentiría tanto más satisfecho si se tiene en cuenta que estaba por recibir en su Cuartel General al general norteamericano MAC MAHON, último representante de una gran potencia que fuera acreditado ante su gobierno, luego de que el francés COCHELET fuera llamado por su país. Pero lo que él consideraba su Austerlitz era en realidad una nueva victoria pírrica. En ella había dejado toda su artillería y sufrido pérdidas humanas superiores a las de los imperiales, evaluadas en 8000 muertos, heridos o prisioneros, habiendo salido indemnes de la batalla solamente noventa hombres. Además de VALOIS RIVAROLA, resultaron muertos el coronel FELIPE TOLEDO que, a pesar de sus setenta y cinco años, había cargado a la cabeza de la escolta presidencial, y el comandante de la artillería VALLOVERA, mientras que los coroneles AVALOS, MONTIEL, ROLÓN, SOSA y VALOY fueron heridos y el coronel austríaco WISNER VON MORGENSTEIN, especialista de las fortificaciones y realizador de Humaitá, fue hecho prisionero. Las pérdidas paraguayas estarán lejos de ser compensadas cualitativa y cuantitativamente por la llegada, el 24 de diciembre, de 500 soldados provenientes de CERRO LEÓN, un regimiento de caballería y un batallón de infantería de Caapucú y algunos aislados del Ypoá, totalizando un refuerzo de 1700 hombres.
Después de la llegada de GELLY el Duque de Caxias se ocupó de la reorganización de su ejército. Horrible había sido el grado de mortandad en las filas imperiales. Numerosos batallones desaparecieron totalmente y otros fueron refundidos en uno, todo un cuerpo de ejército fue disuelto, quedando las tropas del imperio distribuidas en dos grandes unidades una al mando de MACHADO DE BITTENCOURT y la otra a las órdenes de LUIS MENA BARRETO.
El 24 de diciembre de 1868, los tres comandantes aliados dirigieron al mariscal López una carta conjunta por la cual entendían: "...cumplir un deber imperioso que la religión, la humanidad y la civilización les imponen...". Le intimaban a deponer las armas en las 12 horas siguientes con el objeto de detener el combate, haciendo recaer sobre él la entera responsabilidad de toda sangre derramada. En la víspera, el mariscal López había dejado todos sus bienes a Madame Lynch, por un testamento que fue confiado al embajador Mac Mahon esperando días mejores.
Profundamente alterado por los términos de la carta de los tres generales aliados, la leyó a sus colaboradores militares inmediatos que unánimemente declararon que "preferían mil veces la muerte antes que sufrir tamaña ignominia...". Luego de lo cual él respondió con una simple nota impregnada de la mayor dignidad, en la cual recordaba el esfuerzo de conciliación que había desplegado en vano en YATAITY CORÁ y concluía indicando que si bien se encontraba aún listo a aceptar discutir el final de las hostilidades sobre bases honorables para todos los beligerantes, no estaba por lo mismo dispuesto a aceptar una intimación a deponer las armas. Viniendo de alguien que prácticamente ya no contaba con hombres a su disposición y cuyo único futuro posible era morir en combate, esta respuesta estaba llena de grandeza y desconcertaría a aquellos a quienes estaba destinada. Principalmente Caxias, que estaba inexorablemente atado por las decisiones implacables del gobierno imperial con respecto al Paraguay, pues Gelly no tenía más preocupación que la de castigar a su enemigo por la disidencia de soberanía que Solano López había cometido hacia el grupo de los estados del Río de la Plata, mientras que Castro y su tan simbólico como valiente contingente no hacían más que seguir una política ventajosa para sus dos poderosos asociados.
En este trabajo de reorganización se pasaron los imperiales hasta el 25, Caxias instaló 500 cañones de grueso calibre contra las Lomas Valentinas.

LOMAS VALENTINAS
Los jefes aliados no tardarán en dar a conocer el seguimiento que ellos entendían dar a la nota del Mariscal con el ataque que lanzarán contra la cadena de colinas de Lomas Valentinas, próximas a Villeta y prolongación de aquellas de Itá Ybaté.
En las LOMAS VALENTINAS, los paraguayos dieron testimonio de un heroísmo superior todavía a aquel que habían demostrado desde el inicio de la guerra, pues todos los que eran capaces de mantenerse en pie y empuñar un arma combatirán como un solo hombre bajo la dirección personal de López.
El norteamericano MAC MAHON escribirá que en Lomas Valentinas "...como ningún otro pueblo ha luchado jamás por preservar a su país de la invasión y de la conquista...".
El mariscal Francisco Solano López había duplicado el número de sus batallones y sus regimientos reduciendo el efectivo de cada unidad. Contando con la guarnición de Angostura que recibió la orden de abandonar el punto fortificado, podía disponer solamente de 5000 infantes, 600 caballeros y 40 artilleros destinados a los últimos 11 cañones instalados en las colinas, soldados en su mayoría muy jóvenes o de edad avanzada y disponiendo de la dotación de municiones más baja desde el inicio de la guerra, instaló su línea de defensa principal sobre una colina de 1000 metros de largo sobre 500 de ancho con 2000 hombres, los más útiles y mejor entrenados para mantenerla.
En el momento en que la lucha iba a tomar cuerpo, el 21 de diciembre, los coroneles GILL y GOIBURÚ así como el DOCTOR STEWART, abandonaron el campo paraguayo y se refugiaron en una cañonera británica venida a repatriar a los agentes consulares del Reino Unido. Estas deserciones serán las primeras desde el inicio de las hostilidades en lo que concierne a oficiales de rango elevado.
En vista de la batalla decisiva, colocó a los dos contingentes aliados sobre su ala derecha, el II cuerpo del ejército de MENA BARRETO en el centro, el I cuerpo del ejército de BITTENCOURT en el ala izquierda y conservó en reserva el III cuerpo del ejército brasileño. Afirma CASABIANCA que el 25 de diciembre al alba, 46 cañones aliados dispararon en una hora y media más de 5000 proyectiles sobre las TRINCHERAS DE ITÁ YBATÉ, los paraguayos sólo replicaron moderadamente, pues una parte de su artillería había sido desmontada luego de un combate anterior y aún no se encontraba repuesta.
El bombardeo volvió a comenzar con la misma intensidad a las ocho, cuando los soldados de MENA BARRETO avanzaron contra las posiciones de la artillería paraguaya, instalada sobre las pendientes de las primeras colinas. Se apoderaron del cañón Withworth, pero debieron retroceder ante la intensidad del fuego enemigo y la lucha continuó a lo largo de la jornada sin acarrear modificaciones importantes en las posiciones recíprocas. La deserción del Mayor VALDOVINOS, durante la noche, permitió a los enemigos recoger preciosas informaciones sobre los puntos débiles del dispositivo paraguayo.
Si la jornada del 26 de diciembre fue tranquila debido a la lluvia, los aliados atacaron de nuevo el 27 a la mañana luego de haber lanzado en una hora 2400 granadas sobre ITÁ YBATE, en tres columnas de 8000 hombres cada una, dirigidas personalmente por Caxias. Al igual que en el anterior combate de ITÁ YBATÉ, los paraguayos que contaban en sus filas hasta con niños de 10 años, combatieron en pequeños grupos contra batallones o regimientos completos.
Superados por el número de sus adversarios, los paraguayos se reagruparon en un cuadro alrededor de CABALLERO en la cima de la loma de ITÁ YBATÉ y lanzaron una última carga en la cual serán diezmados antes de verse obligados a dispersarse.
En la lucha que finalizará a las diez, los aliados sufrirán pérdidas que varían entre menos de 1000 hombres y 4000 muertos y heridos de acuerdo a los autores brasileños el Mariscal y todo su ejército, con excepción de 200 hombres que se refugiaron en los bosques, habiendo él mismo escapado por poco cuando la primera línea de los aliados llegó a menos de 200 metros de su Cuartel General.
Al final del combate y bajo protección de CABALLERO con un piquete de unos treinta hombres, el MARISCAL LÓPEZ, el GENERAL RESQUÍN, algunos oficiales y unos cincuenta jinetes partieron hacia el oeste siguiendo un camino que atravesaba el Potrero Mármol, donde fueron perseguidos sin éxito por la Caballería imperial. Llegados hasta el ARROYO YUQUITY que se encuentra próximo al AVAY, los fugitivos fueron recibidos por el coronel LUIS CAMINOS, Ministro de Guerra, llegado desde Asunción por Paraguarí para incorporarse al ejército nacional con 2500 hombres, entre los que se encontraban reclutas del primer regimiento de caballería reorganizado nuevamente en Caacupé y un cierto número de refugiados o prisioneros escapados de las recientes batallas.
En el último episodio de la batalla, en POTRERO MÁRMOL, el alférez GREGORIO MEDINA se apodera de la bandera del 4° batallón de línea porteño del coronel Romero, que ha sido sableado y puesto en fuga. El ejército imperial casi no ha intervenido en el asalto final. Está desangrado, desmoralizado.
Dejando en el YUQUITY solo un elemento de observación, López continuará su ruta hacia Yaguarón y Cerro León, adonde llegó en la noche del 27 y se unió con madame Lynch, sus hijos y Mac Mahon.
Tres días más tarde, el 30 de diciembre, luego de un encuentro en la desembocadura del Pikysyry con el 72 regimiento de caballería argentino "San Martín" en el que los paraguayos tuvieron 30 muertos y perdieron 3 cañones, el coronel THOMPSON que comandaba la defensa de ANGOSTURA donde se encontraban 1200 hombres y 1200 civiles, capituló sin combatir ante CÁMARA y entregó al adversario 16 cañones y sus dotaciones.
Leal como era a López, BERNARDINO CABALLERO calificó de traición el gesto de THOMPSON, llegando a decir que éste se había unido secretamente a las filas enemigas desde el 27. Pero los espíritus se han apaciguado desde esa época y otra versión afirma que Thompson se rindió en Angostura luego de una información voluntariamente falsa del doctor Stewart afirmando que el mariscal había muerto y que su ejército estaba completamente destruido.
La CAMPAÑA DEL PIKYSYRY terminó con la batalla de LOMAS VALENTINAS y la caída de ANGOSTURA. Al día siguiente de la capitulación del punto fortificado, el 31 de diciembre de 1868, los aliados marcharon por SAN ANTONIO hacia ASUNCIÓN.
La vanguardia hizo su entrada el 1 de enero de 1869 en una ciudad enteramente desierta y los conquistadores se dedicaron al saqueo de la ciudad, bajo la supervisión del almirante DELFÍN DE CARVALHO, Barón de Passagem.
Los imperiales ocuparon igualmente, LUQUE, capital provisoria del país, también despoblada, y extenderá su ocupación a los departamentos de ITÁ, YAGUARÓN, ITAGUÁ y CAPIATÁ, donde continuaron con sus saqueos y sus devastaciones. Los porteños de GELLY y los orientales de CASTRO, preocupados por no ser responsabilizados en el saqueo de ASUNCIÓN, detuvieron su entrada a la ciudad en Trinidad, a las afueras de la capital.

LOS PROCESOS DE SAN FERNANDO
Durante la CAMPAÑA DE HUMAITÁ una vez que el DUQUE DE CAXIAS se hizo cargo del comando de los aliados, éstos parecen conocer perfectamente los contornos de la fortaleza por lo que consiguen rodearla fácilmente. El coronel SILVESTRE AVEIRO afirma en sus memorias que: "Cuando WASHBURN fue mediador, al regresar a las líneas, traía copias de los planos de la fortificación de Humaitá, que López guardaba con gran reserva en el Ministerio de Guerra de Asunción".
Los que podrían acceder a estos planos eran solo los funcionarios de alto rango como los ministros y jefes militares, se sospechaba de una conspiración contra el mariscal y estaban sindicados como sospechosos CHARLES A. WASHBURN representante diplomático de los Estados Unidos que varias veces se ofreció como mediador de paz para ganar la confianza del gobernante paraguayo, aunque en realidad no creía en ella. Y también para entrevistarse con el DUQUE DE CAXIAS, a quien proporcionó importantes datos militares políticos y económicos sobre el gobierno del Paraguay.
WASHBURN conspiraba conjuntamente con el Ministro de Relaciones Exteriores, JOSÉ BERGES y los hermanos de López VENANCIO y BENIGNO para derribar al gobierno.
El plan era que el CERCO DEL MARISCAL LÓPEZ EN HUMAITÁ haría que se detonara una revolución en Asunción y forzar así su salida del gobierno. Esta conspiración está comprobada no solo por la confesión de los hermanos del mariscal López, como por la aprehensión de una carta de uno de ellos, BENIGNO LÓPEZ, dirigida al DUQUE DE CAXIAS y el importante testimonio de su adjunto diplomático CORNELIO PORTER. A esto hay que agregar el proceso impulsado contra este diplomático, iniciado en Montevideo a bordo del "Wasp" donde en el testimonio de CHARLES DAVIE, intérprete de la escuadra norteamericana, que encontrándose en el camarote de Washburn, quien entonces regresaba a Asunción, expresó su deseo categórico de comunicar a Caxias todas las informaciones que poseía y había obtenido en el ámbito oficial sobre el número, la posición y las unidades de las fuerzas de López. También había estado presente en otra ocasión en que la señora de Washburn aludió a un plan revolucionario contra el mariscal para colocar a uno de sus hermanos en su lugar.
Se vio entonces acosado López por una gran conspiración que tenía todos los visos de traición a la patria y que estaba dirigida por sus parientes más próximos. Fueron destituidos y encarcelados sus hermanos VENANCIO y BENIGNO, sus cuñados el general VICENTE BARRIOS y SATURNINO BEDOYA y el Ministro de Relaciones Exteriores JOSÉ BERGES.
En el sitio de SAN FERNANDO ante los tribunales especiales los detenidos confesaron los planes de una vasta conspiración lo que desembocó en condenas a muerte de los involucrados. La justicia continuó condenando implacablemente a los inculpados del complot contra su persona, lo que le valdrá al mariscal López ser excomulgado por el papa Pío IX.
El 21 de diciembre, su hermano BENIGNO, el GENERAL BARRIOS, el CORONEL ALEN, el OBISPO MANUEL ANTONIO PALACIOS, el MINISTRO JOSÉ BERGES y la esposa del coronel Martínez, entre otros condenados, fueron pasados por las armas en ITÁ YBATÉ.
Indultó a su hermano VENANCIO, a sus hermanas Inocencia y Rafaela y a su madre, pero temiendo verlos aprovecharse de la confusión provocada por la batalla que se anunciaba, les hizo transferir bajo guardia armada al campamento de Cerro León por el único camino de la zona que había quedado libre.
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Fuente:
LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA
1864 -1870 - 2° PARTE

Autor: HUGO MENDOZA
COLECCIÓN
LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 7
© Editorial El Lector
Asunción-Paraguay 2010
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